domingo, 15 de mayo de 2011

Medianoche en París

La vida, por esto y por lo otro, se hace, a ratos, un poco cuesta arriba. Pero, de repente, llega un día cualquiera, la primera hora de la tarde de un sábado anodino, como la de este sábado un poco resacoso y melancólico, y te encuentras, en el cine, con un cuento. Un cuento ligero (que no simple), delicioso, encantador. Un cuento de esos que te hacen soñar, pensar que la vida son muchas más cosas que esa cuesta arriba que a veces se presenta con fuerza, que ese puñado de problemas y rompederos de cabeza. La vida, durante algo menos de una hora y media, en la silenciosa oscuridad de una sala, vuelve a ser maravillosa. Comienza el cuento, la ensoñación, la última aventura de ese genio que es Woody Allen. ¡Cuántos momentos memorables nos regaló a lo largo de todos estos años! Cada uno de sus fieles seguidores podríamos escribir nuestra biografía basándonos en cada una de sus películas. ¿Dónde estará aquel novio que tuvimos cuando estrenó aquella película? ¿Dónde los planteamientos vitales que teníamos en aquella otra? Ah, el cine, tan pegado siempre a nuestra propia vida... La última película, "Medianoche en París", más que cualquier otra cosa, es eso, sí, un cuento delicioso. Tan delicioso como una canción de Cole Porter. Un escritor que anda a vueltas con una novela, al dar la medianoche, retrocede a los años veinte del siglo pasado. Aquellos años en los que, en París, que es donde se desarrolla la historia, todo era una fiesta. Y por allí, al retroceder en el tiempo, París se vuelve una ciudad aún más hermosa, fotogénica e irresistible, si cabe, y una serie de personajes empiezan a desfilar con toda naturalidad de la noche a la madrugada, que es cuando se acaba el fantasioso periplo, como ocurre en el mejor de los sueños y de los cuentos. Hemingway, Scott Fiztgerald y Zelda (suya es una de las frases más geniales de la película: "Mi verdadero talento es beber"), Dalí, Picasso, Djuna Barnes o Buñuel... Hasta la mismísima Gertrude Stein (¡qué grande eres, Kathy Bates!) se encarga de darle consejos a nuestro joven escritor. París, al cruzar la medianoche, se viste de nuevo de fiesta, descorcha las botellas, rellena las copas una y otra y vez, y hace sonar la música del jazz que nos lleva los pies hasta la pista de baile, donde Djuna Barnes ya mueve desde hace rato los zapatos con brío. Aquel París, el de los años veinte del siglo pasado, y también el de ahora mismo, cuando el novelista camina bajo la lluvia con esa chica que escucha a Cole Porter, por fantasioso que sea el cuento, hace que la vida no sea el engaño que, algunos días, parece que es.

6 comentarios:

  1. Ay Paris! Al contrario que mucha gente a mi Paris no me trae buenos recuerdos, pasé 5 años en un internado de monjas de la Guyanne que tenían la extraña y lucrativa aficción de la cría y reproducción de reptiles: camaleones, iguanas, lagartos,... La caridad y el cariño que mostraban hacia estos bichos solo era comparable a la dureza con que nos trataban. ¿Increible? Eran otros tiempos.Creo que la orden de Anne Marie Javouhey ya no existe. A veces la verdad supera la ficción. Seguro que sacarías una buena historia de esto, pero yo sigo odiando cualquier cosa que me recuerde francia: quesos, vinos, alimentos, ropas... No ire a ver esa película.
    Sigue así Ovidio

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  2. Me gusta mucho las peliculas de Woody Allen y blog. Yo no he estado a Paris, quiero ir el verano. Soy de Japon y estudio español. Disculpo errores escribiendo. Saludo

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  3. No he visto la última de Woody Allen, pero me ha entrado ahora el gusanillo leyéndote... hoy en Colonia también es un domingo un poco anodino (aunque llueve y me sabe a norte, a casa, y tú que eres de Asturias sabrás entenderme), así que quizá sea una buena idea ir al cine y dejar que me cuenten un cuento al azar.
    Un abrazo fuerte.

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  4. Je viens de découvrir ton blog. C'est chouette!! Je suis prof de français et Je m' identifie beaucoup avec tout ce que tu viens de nous raconter.
    Bien àtoi. Bises
    Philipe

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  5. Fantástico el comentario de la película. Mis amigas y yo vamos a ir el viernes a verla, espero que nos guste, aunque Woody Allen y París a medianoche parecen una combinación buena por si solos. Qué magia la de la medianoche en cualquier lugar del mundo, qué magia Paría a medianoche! Qué bonito repasar tu biografía al tiempo que repasar la filmografía de Allen. Yo también tengo algunos recuerdos de ese tipo. Besos Ovidio

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  6. sabes cuales son algunas de las canciones de la pelicula para comprar el cd
    gracias

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