viernes, 28 de enero de 2022

Chavalas

'Chavalas' es una Interesante película sobre la periferia y el centro de las ciudades, sobre las amistades de la infancia, sobre las oportunidades laborales que pueden surgir o no, sobre las ganas de huir del lugar de nacimiento, sobre tanta tontería y tan poca verdad como rodea a determinadas profesiones artísticas, sobre lo complicado que resulta hacerse un hueco en el mundo. La película refleja bien todo eso. 

La dirige Carol Rodríguez Colás. Y todas las actrices, encabezadas por Vicky Luengo, están estupendas, especialmente Ángela Cervantes, nominada a los Goya como mejor actriz revelación. La directora también está nominada en la categoría de mejor dirección novel. Se puede ver en Filmin.  

domingo, 23 de enero de 2022

Trinidad Fernández, un recuerdo

Vino a verme a la caseta de la Feria del Libro de Madrid donde estaba firmando ejemplares de mi primera novela. Se hizo con un libro y, obviamente, se lo dediqué. Trinidad Fernández, más conocida como Tres. Era una gran artista. Eso ya lo sabe todo el mundo. Me gustaban mucho sus trabajos y también las fotos de diferentes etapas de su vida que subía habitualmente a esta red social. Me impresionó, de cerca, su belleza (¡qué ojos!), su elegancia y su naturalidad. Hablamos de lo complicado del mundo cultural. Me dijo que nunca tirase la toalla. Luego, se puso las gafas de sol (era un día con mucha luz) y nos hicimos la foto. Antes de irse, me apretó la mano y me dijo lo afortunada que era mi madre al contar con mi ayuda en su enfermedad degenerativa. Nos emocionamos un poco. Después, se alejó entre la gente. Su silueta contra ese cielo de Madrid que es único y que alivia las penas y bajo el que siempre te gustaría quedarte a vivir un rato más. La silueta, la manera de andar, la melena, la distinción... Una mujer con todo eso y con un enorme talento para la pintura. Os juro que parecía el fotograma de una película. 

Descansa en paz, querida. 

sábado, 15 de enero de 2022

El parque de la Forqué

Leo que un parque de Chamartín llevará el nombre de Verónica Forqué. Una noticia que es motivo de alegría, sin duda. Forqué fue una actriz con mucho talento, una gran cómica (cómica, esa palabra). Y, exceptuando esas depresiones que ella misma contó y los últimos tiempos que la llevaron a ese terrible desenlace, siempre recordaremos a Verónica así, con alegría. De hecho, en estas últimas semanas desde su partida, he pensado a menudo en ella. Qué talento. Sabía como pocas pasar de ese momento divertido a ese otro que ya deja de serlo por los motivos que sean. Ese dominio que también tienen Shirley MacLaine o Carmen Maura. La risa y cuando la risa se queda congelada. La risa en medio del esperpento. Recordemos la famosa escena de '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' con Jaime Chávarri y la Maura. O la risa para hacer más digerible el esperpento. Era una maestra en esto. Ahí está también el monólogo de 'Shirley Valentine', en teatro. Pese a los estragos de la vida, ella conseguía que sus personajes saliesen adelante. La poderosa alegría que también contagiaba cuando la veíamos hablar de sus cosas en las entrevistas. Casi hasta el final. 

Pienso que un parque es un lugar idóneo para llevar el nombre de Verónica Forqué. Un lugar donde vamos a pasear, a leer un libro, a sentarnos en un banco, a tomar apuntes, a ver a la gente pasar, a pensar en nuestras cosas. A tomar el sol. A tomar el aire. A sentir el frío del invierno en la cara. A desconectar. 
Un parque con el nombre de la gran Forqué. Será uno de los primeros lugares que visite cuando pueda volver a Madrid. El parque de la Forqué.  

miércoles, 12 de enero de 2022

La poética de la fragilidad

De cuando el tiempo transcurría de otra manera. De esa nostalgia, que puede que no sea nostalgia sino otra cosa, otro concepto difícil de atrapar ya, de definir con mayor o menor exactitud. De la vida, alejada de apabullantes o grandilocuentes gestos. De la vida y sus pequeños detalles: esos detalles que definen lo que importa en realidad. Una canción, un mensaje, un encuentro inesperado, una mirada, una etiqueta en un bañador... Detalles que encierran mundos. De ciertos estados de ánimo. Del azar, del amor, de la amistad, de la fragilidad. De todo esto tratan las historias de 'Frágiles humanos' (Editorial Tres Hermanas), los últimos relatos de Ernesto Calabuig. Y que, en realidad, con idéntica sabiduría y capacidad de observación, prosiguen el camino trazado con su anterior libro, también magnífico, 'La playa y el tiempo'. Ah, la mujer del primer relato de aquel libro, importante personaje femenino de nuestra literatura reciente. "Escribir es un atrevimiento, como quedarse desnuda en una playa". Aquel comienzo. Así decía. Así dice. Y en esas palabras quedaba perfectamente definido el acto de escribir. Luego, al hilo de esas palabras, venía su historia. Recupérenla si no la han leído, antes o después de esta nueva colección de relatos. Merece la pena. 

Sigamos con estos nuevos (y espléndidos) relatos. Retazos de vidas. Estados oscuros o luminosos. Oscuros y luminosos. Trazos de existencias marcadas por recuerdos, por el destino, por las decisiones. Gente que se hace un hueco en este mundo, consciente de su fragilidad (o no). Gente que emociona con la música. Gente que se sigue emocionando con la misma música de entonces. Gente que observa. Gente normal y corriente. Gente con un pasado, naturalmente. Gente que respira, que goza, que sobrevive. 
Todo esto tiene cabida en estas nuevas historias de Ernesto Calabuig. La vida, sí, contemplada a pie de calle, donde nunca, en manos del escritor, pese a los contratiempos del destino (ese va y viene que se nos escapa tan a menudo), pierde ese componente poético que resulta imprescindible para seguir adelante. Y la belleza se alía con lo cotidiano.   

viernes, 7 de enero de 2022

Peter Bogdanovich

 (A mis amigas Loli, que sigue estando, y a su hija Silvia, por aquellas inolvidables sesiones de cine en casa)


A principios de los 90, los videoclubs eran lugares casi sagrados para los jóvenes cinéfilos (auténticos rastreadores, mucho antes de que internet llegase a nuestras vidas, que descubríamos hilando aquí y allá, a través de artículos, reseñas y menciones, a quienes terminarían haciéndose un hueco en nuestra formación) que no habíamos podido ver (por edad) determinadas películas en el cine. Clásicos del cine, entre otras muchas. Así descubrí a Peter Bogdanovich, que ayer nos dejó a los ochenta y dos años. 'Luna de papel', '¿Qué me pasa, doctor?' y, sobre todo, ese clásico absoluto que es 'La última película'. Una de esas películas en las que todo encaja de manera perfecta: la historia, los intérpretes, la dirección. El sinsentido de la juventud y el sinsentido de la vida en general, por mucho que nos empeñemos cada día en lo contrario. Su continuación, 'Texasville' (vista ya en los desaparecidos cines Clarín), aunque no alcanza el mismo nivel, resulta estimable. También me viene a la cabeza la conmovedora historia de 'Mask', con una espléndida actuación de Cher, premiada en el festival de Cannes. Y su enfado, horroroso vestido incluido utilizado en la gala, por no haber sido nominada a los Oscar de aquel año. No teníamos internet, pero teníamos la revista Fotogramas, que tanto contribuyó a nuestras ansias de conocimiento. 
En fin, otro gran creador que nos deja. Queda su obra. Y el eco de aquellos fundamentales descubrimientos. 

lunes, 3 de enero de 2022

El primer libro del año

Simona Vinci, nacida en 1970, es una escritora italiana. Tiene dos libros publicados en Anagrama. Una novela y un libro de cuentos. No los has leído. Es domingo, el segundo día del nuevo año. Parece primavera. El largo paseo te ha dejado exhausto. Demasiado abrigo y demasiados excesos navideños. Y ahora estás ahí, en uno de los mercadillos del Fontán repleto de libros a dos euros. Entre todos ellos, sobresale el libro de Vinci. El amarillo de la colección de narrativa extranjera de Anagrama. Lo coges. Es el libro de relatos: 'En todos los sentidos, como el amor', publicado en 2001. Le echas un vistazo. Enrique Vila-Matas le dedicó en su momento unas palabras elogiosas en El País. El otro día, qué cosas, volviste a leer algunos de los textos de 'El viajero más lento'. Escribía Vila-Matas: "Tengo una tesis. No existen los libros totalmente acabados. Ese concepto de 'libro con final' tiene para mí tanto de arcaico como de ilógico". Dos euros. No lo dudas. A veces, sientes cierto pudor al comprar libros a ese precio, aunque sean de mercadillo. Lo pagas y lo metes en la bolsa. Sin darte cuenta de que ya no debes meter muchas cosas en la bolsa porque los huesos se resienten con el peso. A los huesos les sienta bien este calor. Sigues caminando. El primer libro del año. A ver qué nos cuenta Simona. Pronto regresará el frío, lo has escuchado por la radio, pero eso ahora importa poco. 

sábado, 1 de enero de 2022

Una especie de adiós a Betty White

Mi favorita es Dorothy. Por Bea Arthur, enorme actriz. Por su sarcasmo, su ironía, sus caras de perplejidad, sus noches de sábado en casa leyendo novelas... Luego, por igual, van Sofía y Blanche. Rose, por tanto, es la que menos me gusta, pese a esas historias surrealistas que hacen que sus compañeras desaten la lengua contra ella sin piedad. ¡Esa mano de Dorothy tapando la boca de Sofía! Momento impagable. Sin embargo, en los últimos tiempos, Betty White se convirtió en una especie de icono. Daba gusto verla en todos los saraos. Su presencia producía una mezcla de alegría y de ternura. Una de esas lúcidas supervivientes que se las saben todas y que parece que no se van a morir nunca. Estaba a punto de cumplir 100 años. No pudo ser. Qué mejor manera de despedirla que revisar dentro de un rato algunos capítulos de la mítica serie. Qué mejor manera de empezar el año.