jueves, 25 de abril de 2024

Serrat, merecido Premio Princesa de Asturias

Serrat. Sus canciones siempre han estado asociadas a momentos destacados de nuestras vidas. Cuando un amor no nos correspondía; cuando una relación de amor o de amistad se terminaba; cuando un ser querido se iba; cuando estábamos nostálgicos sin un motivo concreto; cuando no nos apetecía ir a clase; cuando las infecciones de garganta volvían a hacerse presentes; cuando viajábamos a otra ciudad para leer un libro delante del mar, que no era el Mediterráneo de su canción, ese era el mar que tocaba por el verano. Retazos de un tiempo que nos conforma pero que se ha ido quedando atrás, como tantas otras cosas. Sin embargo, sus canciones permanecen. Y lo hacen porque son clásicos indiscutibles. Canciones que a veces llegaban a nuestros oídos a través de las ventanas abiertas, por las escaleras del edificio donde vivían los abuelos o en nuestra propia habitación desde aquellos vinilos que conservamos como oro en paño. "En bragas leíamos a Colette y al anochecer salíamos a besar a los extraños", dice Blanca Riestra en su libro, "Pregúntale al bosque" (Pre-textos). Si cambiamos esas bragas por cualquier otra prenda y a Colette por Marguerite Duras (por decir), ahí estaba yo. Salíamos a besar a los extraños, sí, y después, al día siguiente, poníamos los discos de Serrat. Aquella voz nos reconfortaba. La melancolía de alguna de sus canciones nos hacía olvidar aquellas otras, las nuestras. Hasta que, como Blanca Riestra, volviésemos de nuevo a besar a los extraños. Hasta que uno de aquellos extraños dejase de serlo.

Si tuviera que escoger una sola de sus canciones, no sabría elegir. Su repertorio es tan extenso, tan rico y variado que supondría un verdadero problema. Para qué escoger. Cada una de sus canciones va asociada a un estado de ánimo, a una copa de vino, a una conversación, a un momento, a cientos de momentos. Es lo que tienen los clásicos. Las canciones que permanecen, que le ganan el pulso al tiempo. Me estremece "Mediterráneo" (también la versión que hizo Lolita para la película "Rencor", con esa voz suya tan honda y característica), "Palabras de amor", "Lucía", "Cantares"... Qué sé yo. Son tantas. Tantos años dedicado a la música dan para mucho. Para mucha genialidad en su caso. Golpe a golpe, verso a verso. Como vamos todos componiendo toda esta complicación. Lo raro, sí, que es vivir. Que sigue siendo. Y, viendo lo visto, lo que nos espera. Pero no quiero hablar hoy de cosas negativas. Porque hablando de Serrat sólo se puede hablar de poesía. De esa poesía que está en la vida cotidiana y que él ha sabido rescatar tan sabiamente para ponerle música. Para ponerle un poco de sentido a nuestros desbarajustes. Y a la sinrazón de algunos de ellos.
Serrat, más que merecido Premio Princesa de Asturias de las Artes.

miércoles, 24 de abril de 2024

Un pájaro

Estaba ahí, en medio de ese campo, a su aire. Ajeno a mi mirada, a mi móvil, a todo. Estaba ahí, libre, a primera hora de una mañana inestable: frío, calor, sol, sombra. Pero. Siempre hay un pero, un contraste. La belleza siempre comparte espacio con la fealdad. Ese cansino y constante arriba y abajo. ¿Dónde estaba aquí el contraste? Justo al lado, a escasos metros. La fealdad, la tristeza, el dolor. Un hospital. Ese bloque de cemento y ventanas, de salas de espera y de consulta. El pájaro libre, a primera hora de la mañana, y ese edificio en el que entraba y salía gente con cara de preocupación, de sueño, de hastío. Me recordó -en menor medida, claro- al contraste de la película 'La Zona de Interés'. El jardín cuidado y el humo negro que asciende al otro lado del muro que separa el bien del mal, el árbol frondoso y el humo espeso, la víctima del verdugo, la belleza del horror. Me detuve ahí unos instantes. Luego, seguí mi camino. Con la imagen en la cabeza y en el móvil. Pasé al otro plano, ya sin enfoques ni fotografía

martes, 16 de abril de 2024

La hora bruja

Leo que 'La hora bruja' era para Jaime de Armiñán la película preferida de todas las que dirigió. También de las mías si rebusco en su extensa y magnífica filmografía. Ese aire extraño y algo misterioso que envuelve toda la historia, esa pareja formada por los enormes Paco Rabal y Concha Velasco (premios de interpretación en Valladolid), esa curiosa relación que mantienen con una Victoria Abril que ya demuestra a las claras, primeros años 80, el talentazo y la sensualidad que tiene. Hay magia, un encanto especial, ciertas incógnitas. Como esa bruma del norte -la historia se desarrolla en Galicia- que se va diluyendo poco a poco con el transcurso del amanecer.  

domingo, 14 de abril de 2024

Sobre todo de noche

Interesante película sobre los niños robados durante el franquismo. Se menciona al principio al terror y, bien mirado, podía ser una película de terror, sustituyendo sustos por complejidad y gritos por aplastantes silencios. ¿Puede haber algo más atroz que arrebatarle un hijo a su madre, diciendo que nació muerto, para dárselo a otras personas? Con un estilo seco, austero, cercano a ratos al documental y al cine de Chantal Ackerman e incluso al primer Calparsoro, el director, Víctor Iriarte, no da tregua ante un asunto tan serio y demoledor. Lola Dueñas y Ana Torrent, como cabía esperar, realizan unos trabajos formidables. Está en Filmin. 

jueves, 4 de abril de 2024

Leer a Marguerite Duras

Leer a Marguerite Duras es derribar las paredes de este mundo, se encuentre en las circunstancias que se encuentre, y adentrarse en otro, en el suyo. Ese mundo donde está la infancia, la madre, el hermano mayor y -sobre todo- el hermano menor, los nazis, los amores, los amantes, el alcohol, el tabaco, los precipicios, la locura, los gritos, el desgarro, los niños, la ternura, las cometas en una playa desierta, la garganta deshecha y las manos ajadas por la erosión del tiempo. Los ojos vidriosos del que sufre y del que ama con intensidad. La escritura y la escritura cuando también se vuelve obsesión y parte esencial para seguir respirando. Y, planeando sobre todo ello, como esa cometa que asciende hacia un cielo gris en la playa desierta, el deseo. Ese deseo que alcanza cada página. Ese deseo que es furia y dolor y placer y tantas palabras no pronunciadas. Ese deseo que también es silencio. Ese deseo, sí, como una manera de luchar contra las adversidades y los zarpazos que planean metódicamente sus estrategias. El deseo absoluto.

El espacio en blanco y el texto sublime.
Marguerite nacía el 4 de abril de 1914.

martes, 2 de abril de 2024

La mejor familia del mundo

'La mejor familia del mundo'. Qué gran libro de relatos ha escrito Mayte Blasco. La familia, sí, como punto de partida. La familia, ese mundo maravilloso o demoledor, según los casos. O, simplemente, sin rozar un extremo u otro, circunstancial. Doce historias donde la familia está presente y pocas veces resulta algo idílico. Frustración, hastío, violencia, cuidados, deseos que apenas duran unos instantes, y vuelta a empezar con determinadas rutinas... Dilemas. Múltiples dilemas. Problemas. Múltiples también. Nunca fallan, nunca faltan: ni unos ni otros. Esto es lo que hay, como en la propia vida, y así se tiene que afrontar o dilucidar si es algo de lo que conviene huir (o no): el mundo está en marcha y a veces resulta complicado apearse del tren elegido o impuesto. Cada familia es un mundo y cada historia, según Blasco, también. La escritora madrileña lo recrea todo -sobre todo, lo más áspero- con sutileza ('Matar al padre' o 'La buena hija', dos de los mejores cuentos del volumen, a mi juicio, así lo demuestran), con un tono muy bien trazado que le da, más allá de la propia familia, una unidad formidable a todo el libro. Creo que Blasco, finalista del premio Setenil con su anterior libro de cuentos, 'Jaulas de hormigón', ha dado aquí un paso importante en su carrera literaria. Y, particularmente, me alegro mucho de ell 

sábado, 30 de marzo de 2024

Breve apunte sobre Liudmila Ulítskaya y Dubravka Ugrešić

'Mentiras de mujeres' es la segunda novela de Liudmila Ulítskaya que leo, tras la también excelente 'Sóniechka'. La capacidad de observación, la manera de atrapar los pequeños detalles, la fina ironía en ocasiones, y el complicado mundo que se esconde detrás de cada acción, de cada personaje. 

Aunque proceden de mundos diferentes, hay algo que la une con mi admirada Dubravka Ugrešić, de quien Impedimenta acaba de recuperar 'El Ministerio del Dolor', que, al igual que el resto de su obra, recomiendo a quien pueda interesarle. 
De Ulítskaya, Premio Fomentor 2022 y candidata al Nobel (Ugrešic, desparecida el año pasado, también lo fue) me quedan cuatro traducidas al castellano. Iré leyéndolas poco a poco, a ver si entretanto hay nuevas traducciones. 

lunes, 25 de marzo de 2024

Capote y los cisnes

Es una de las series más tristes que he visto en los últimos tiempos. Por eso, la he ido viendo poco a poco, sin prisa. Y también porque el personaje del gran escritor -caprichoso, egocéntrico, excesivo, incluso cargante en ocasiones- termina agotando. Capote era un escritor enorme (con el manuscrito de 'Plegarias atendidas' o sin él, este punto es lo de menos a estas alturas), de eso no hay duda, y Tom Hollander lo recrea asombrosamente, pero su narcisismo (aunque comprendamos todos sus traumas infantiles y demás) cansa. La serie, como era previsible, es impecable en todos los aspectos. Y las actrices, los famosos y ociosos cisnes, están bien. Diane Lane y Jessica Lange, especialmente. Supongo que ambas se repartirán premios y nominaciones con toda justicia. El último capítulo supera la tristeza: es demoledor. Casi tanto como saber que la vida -cualquier vida- termina por convertirse en un pequeño y miserable cajón de cenizas. 

domingo, 24 de marzo de 2024

Domingo de Ramos

Salgo de casa después de estar varios días sin poder hacerlo a causa de estos delicados huesos. El paisaje del norte es precioso, sí, pero la humedad arrasa con todo. Camino despacio. Me encuentro con niños y niñas que estrenan ropa y llevan en la mano palmas y ramos de laurel. La tradición, aunque ya no participes en ella, continúa. Yo soy uno de esos niños, cuarenta y tantos años atrás, de la mano de mi madre. También estreno ropa y llevo una palma en la otra mano. No sé nada de la vida aún y eso me hace sonreír. El presente, entonces, era una terraza al sol, unos padres guapos, una hermana pequeña y un aperitivo que se prolongaba más de lo habitual. No había que hacer deberes porque teníamos por delante unos cuantos días de vacaciones. Todavía no puedo volver a esas terrazas en las que, en los últimos tiempos, aquel niño ya era un hombre hecho y derecho y aquella madre, igual de guapa que entonces, necesitaba una silla de ruedas para ir de un lado a otro. Las veo de lejos, esas terrazas llenas de gente a estas horas, como el que observa una película de otro tiempo, una serie de fotografías en las que uno se reconoce de inmediato. Las fotografías han envejecido, evidentemente, pero la memoria no las ha decolorado. Buscamos un lugar más tranquilo, menos transitado. Pido un café con leche (no puedo beber ni una copa de vino con las pastillas que me han recetado) y dejo que el sol, aunque sea por un rato, intente ser más poderoso que toda esa humedad. 

domingo, 17 de marzo de 2024

Josefina Aldecoa, un recuerdo

Ayer se cumplieron trece años de la muerte de Josefina Aldecoa.

De mi libro 'Ventanas compartidas'. (Ediciones Trabe, 2011)

Era una mujer con pasado. Con un pasado feliz, que parecía haber quedado muy atrás ya. Un marido, una hija, amigos. Ganas de hacer cosas, muchas cosas, de cambiar el mundo. Aquel mundo tan gris y siniestro que era este país en los años duros del franquismo. Se agarró, como aquellos amigos, a la literatura. Su marido, Ignacio, también lo hizo. El tiempo enseguida lo convirtió a él en lo que era, un escritor genial. Algunos de aquellos amigos comunes con los que se pasaban las tardes fumando, hablando de literatura y bebiendo vino malo también lo fueron, geniales. Ella iba publicando cuentos aquí y allí, tímidamente. Era una apasionada de Truman Capote y suya es una de las primeras traducciones al español de uno de los cuentos del maestro americano. El destino hizo que se quedara viuda muy pronto. "Un aviso: Ignacio Aldecoa ha muerto". Así lo escribió Carmen Martín Gaite, tan amiga de ambos. Josefina, tras la muerte de su marido, quedó sumida en una profunda depresión, de la que, dicen, nunca llegó a recuperarse del todo. No escribió durante años. Al cabo de ese tiempo, volvió a hacerlo, a escribir. Sus novelas son elegantes, con una prosa sencilla y muy cuidada. Sus personajes son casi siempre femeninos. La fuerza y la entereza de las mujeres ante las adversidades queda muy bien reflejada en ellos. La trilogía de la maestra, esa profesión que tanto amaba y por la que tanto luchó (y por la que muchos de sus alumnos, hoy, la recuerdan con cariño y palabras elogiosas), se encuentra entre lo mejor de su producción, no demasiado extensa.
La descubrí hace más de veinte años (de casi todo hace ya más de veinte años), cuando aquella generación, la del 50, estaba empezando a ser valorada como debía. Y las aventuras de aquel puñado de escritores charlando en la tarde gris alrededor de la mesa de alguna taberna de mala muerte, sin un duro en los bolsillos pero con ilusiones y verdaderas ansias de cambio y de hacer miles de cosas, me fascinaban casi tanto como sus propios libros. Qué recuerdos asociados a sus escritos, a todos los de aquella magnífica generación. Porque éramos jóvenes, sí, sin duda, como dice el título de aquella novela suya. Porque aún lo éramos en todos los sentidos.

domingo, 10 de marzo de 2024

And the Oscar goes to...

Sandra Hüller me parece la gran revelación de este año. Lo que hace en 'Anatomía de una caída' es tan poderoso que se merece todos los premios del año, que ya se están yendo en su mayoría a otras manos. Esa manera de mirar, de irritarse, de guardar silencio, de gritar, de reír, de beber, de fumar... La ambigüedad tan bien trazada del personaje y tan bien resuelta por su talento. Sí, me gustaría que se llevara el Oscar. Y la directora de la película, Justine Triet, también. Qué alto han dejado el listón. De hecho, me gustaría que la película se llevase todos los premios a los que está nominada. Hüller, en otro papel muy diferente, también hace un trabajo fabuloso en 'La Zona de Interés', película de gran altura de la que ya he escrito aquí. Podría estar nominada como mejor actriz de reparto, pero, como los chicos de 'Desconocidos' (Andrew Scott y Paul Mescal, inmensos los dos), no lo está. Esas injusticias. (Recordemos que Annette Bening ni siquiera fue nominada por una interpretación tan portentosa como la que hizo en 'Las estrellas de cine no mueren en Liverpool'). Me gustaría que el premio al mejor actor de reparto fuese para Mark Ruffalo por su difícil papel en 'Pobres criaturas': está ajustadísimo en un trabajo donde podía haberse pasado completamente de rosca. Pero creo que tampoco va a suceder. 

Suerte a Berger y a Bayona, aunque este último, pese a haber hecho una buena película, creo que lo tiene complicado.
Así que, sinceramente, no me interesa demasiado esta gala. Veré algunas cosas después, como ese momento de Jessica Lange (¡29 años han pasado desde la concesión de su segundo Oscar!) entregando un premio. Y poco más.  

viernes, 8 de marzo de 2024

Mujeres

 A todas las mujeres que amo. A todas las mujeres a las que me he encontrado en el camino. A casi todas las mujeres que me he encontrado en el camino. A todas las mujeres que me leen. A todas las mujeres que han sido (y son) marginadas, como también yo lo he sido (y soy), por ese patriarcado infame que sigue vigente. A todas las mujeres que he conocido y que conocieron el miedo. A todas las mujeres que se enfrentaron a ese miedo. A todas las mujeres que amaron a quienes no debían según lo estipulado por no sé quién. A todas las mujeres que amaron a hombres buenos y a mujeres buenas. A todas las mujeres valientes y a todas las mujeres que aprendieron a serlo. A todas las mujeres que recibieron golpes. A todas las mujeres que aguardan una oportunidad. A todas las mujeres que son y se sienten mujeres. A todas las mujeres que respetan a hombres que aman a otros hombres y respetan ese amor. A todas las mujeres que aman a otras mujeres. A todas las escritoras que tanto me han enseñado. A todas las actrices y cantantes que venero. A todas las mujeres artistas en cualquier disciplina a las que admiro. A todas las mujeres que han sabido renovarse, avanzar en todos los sentidos con los tiempos.

A las mujeres que confiaron y confían en mí.
A las mujeres en quienes confío.
A las mujeres que me dicen aquí estoy para ese vermú, y no son tantas (Leticia, sigue pendiente).
A mis amigas.
A mi abuela materna.

domingo, 3 de marzo de 2024

La tumba de Marguerite Duras

A veces, en el estudio, dejo a un lado el libro que estoy leyendo o los párrafos que acabo de escribir y me pongo a pensar en mi madre. Siempre aparecen buenos tiempos en esos recuerdos. Luego, mirando el calendario o alguno de los libros más cercanos de las estanterías, esos recuerdos se mezclan con otros donde ella ya no aparece, sigue viva pero no está en esos nuevos recuerdos. Sé que sigue viva -como lo intuyo erróneamente ahora al despertarme casi todas las madrugadas- porque su presencia era siempre constante y poderosa, aunque no estuviese en esos momentos a su lado. Verano de 2007, París. El primer viaje que Íñigo y yo hicimos juntos. El deslumbramiento por cada rincón. Es inevitable. Todo lo que nos deslumbra en una ciudad desconocida, en París, en un primer viaje, lo hace doblemente. Lo que le debemos al cine y a la literatura. La herencia más fructífera e inagotable. Y entonces, de repente, estamos ahí: delante de la tumba desnuda de Marguerite Duras. Y sobre ella, numerosos billetes de metro y pequeños papeles con retazos diminutos de su obra. Están en francés, pero alcanzo a descifrar el título al que pertenecen esos textos. Pienso en la gente que los ha dejado ahí. Pienso hoy, cuando se cumplen 28 años de la muerte de la escritora, en esas emociones. Un gesto sencillo y agradecido. Algo hermoso y extraño. Un papel, unas palabras de un libro que te ha dejado huella sobre la tumba de la mujer que las escribió. Supongo que la gente que la admira seguirá haciendo lo mismo. Un papel, unas palabras de una escritora esencial. A ver si podemos regresar pronto para comprobarlo. Las palabras que dejaré escritas están incluidas en mi próximo libro. Y entonces del verano de 2007, regresamos al comienzo de este texto.

sábado, 17 de febrero de 2024

La Zona de Interés

La luminosidad de la casa y del jardín donde vive la familia nazi y la oscuridad de lo que hay al otro lado de ese jardín, el campo de concentración que dirige el padre de la familia y que nunca llegamos a ver. Aunque lo intuimos todo. Ruidos, lamentos, humo, el sonido de los fusilamientos... En ese contraste radica lo más terrible y espantoso de esta sobresaliente película, 'La Zona de Interés', basada en la novela de Martin Amis. Su director, Jonathan Glazer, consigue que estemos alerta, en un estado de inquietud constante. El mal está al otro lado (no nos hace falta verlo, lo conocemos bien por lecturas, documentales y otras películas). Y el mal también está, pese a la luminosidad y belleza de la casa y el cuidado jardín, de este lado. El mal está en la mirada de ese padre de familia y en la actitud de su mujer (apabullante, una vez más, Sandra Hüller). Hay fundidos a negro y fundidos a rojo, acompañados de una música casi estridente, en los que no ves nada y lo ves todo. Y hay momentos espeluznantes como ese en el que la mujer reparte con las criadas la ropa que han robado a las mujeres judías, quedándose ella con lo mejor del botín, el momento del baño en el río del padre y los hijos, o la mirada hacia el cielo de la noche (y lo que allí se encuentra) de la suegra que está de visita. Y empieza a comprender la magnitud de lo que tiene alrededor. 

Implacable, durísima, demoledora. Gran película (recomendable verla en salas). 

sábado, 10 de febrero de 2024

Goyas 2024

Ha sido un buen año para el cine español. Todas las películas nominadas son excelentes, aunque, como es lógico, unas puedan gustar más que otras. Echo en falta más nominaciones para 'Chinas' o 'Una vida no tan simple', que también son formidables. Y echo de menos algunas nominaciones entre los actores, como por ejemplo al gran Manuel de Blas por 'Que nadie duerma', lo que -con nominación o premio- hubiese sido un reconocimiento a su impresionante carrera. A Josep María Pou por 'Cerrar los ojos'. A Aitana Sánchez-Gijón por 'Que nadie durema', o a Ana Wagener por 'Te estoy amando locamente'. Así son los premios. 

Me hace muy feliz el premio a Sigourney Weaver, como ya dije el otro día. Todos los elogios son pocos para ella. 
Dejo aquí lo que me gustaría que sucediese esta noche y no lo que pienso que va a suceder. 

Mejor película: Cerrar los ojos. 
Mejor dirección: Víctor Erice.
Mejor dirección novel: Estíbaliz Urresola Solaguren. 
Mejor actriz: Laia Costa.
Mejor actor: Manolo Solo. 
Mejor actriz de reparto: Ana Torrent. 
Mejor actor de reparto: Juan Carlos Vellido. 

miércoles, 7 de febrero de 2024

Conductor de autobuses

No suelo coger autobuses. Prefiero caminar. Incluso cuando las distancias son largas. Voy sin prisa y si me canso hago una parada en un banco o en un café. Así lo hacía también cuando mi madre estaba ingresada en ese hospital que está ubicado a unos seis kilómetros de mi casa e iba a visitarla cada día. Sin embargo, alguna vez cogí el autobús que conduce este señor que hoy viene en La voz de Asturias. Y puedo dejar constancia que todo lo que se cuenta es cierto: amabilidad, educación y música clásica. Parece raro todo ello en estos tiempos que corren, pero es así. Algo que nuestra ansiedad agradece. Con más gente así, el mundo se vería desde otra perspectiva. No todo está perdido. 

domingo, 28 de enero de 2024

Amaya Uranga

A mi madre le gustaba escuchar música. Recuerdo cómo sonaba alguna emisora musical cada vez que entraba en casa. También tenía cedés que le regalábamos en alguna fecha señalada o cuando sabíamos que le apetecía el último trabajo de algunos de sus artistas preferidos cerca de un pequeño aparato instalado en la cocina, al lado de la ventana, y que escuchaba según el momento y las ganas. De pequeño, la recuerdo alegre (siempre lo estuvo en realidad, pese a las enfermedades que llegarían después: y esa alegría vuelve a ser la mejor lección que nos dejó) con esas músicas. De esa época (mis ocho o diez años), viene mi admiración por Mocedades. Y, muy especialmente, como es natural, por su cantante. Amaya Uranga forma desde entonces parte de mi memoria musical. Me ha acompañado en buenos y malos momentos, en los grupos de los que ha sido la voz principal o en solitario. Una voz prodigiosa, unos temas míticos para los que nacimos a principios de los años 70 del siglo pasado, año arriba o abajo. En los viajes al sur, en la penumbra de la habitación, en la cocina con mi madre (en cualquier etapa de la vida, casi hasta el último momento), en las conversaciones nocturnas con algunas amistades que se han ido perdiendo por el camino. A veces duele escuchar determinada canción porque está asociada a cualquiera de aquellas horas tristes, alegres, ociosas, imprescindibles, mágicas... Irrepetibles. Sí, sobremanera pasados los cincuenta, todo lo que se vuelve irrepetible duele. Quema. Y mucho. Ahí estamos. Es inevitable. La felicidad de ayer forma parte del dolor de hoy, etcétera.

La otra noche, en Oviedo, el teatro Filarmónica se entregó por completo al grupo, El Consorcio, que se creó cuando Rosa León le propuso a Amaya, tras su paso por Mocedades y su breve etapa en solitario, formar una banda para cantar canciones antiguas. Todos los éxitos de Mocedades, que son muchos, los homenajes a Serrat, a Perales o a The Mamas and the Papas, nos hicieron vibrar. Como también nos hizo emocionarnos el modo en que los hermanos arropaban a la gran Amaya, hoy más frágil que ayer. Diosa indiscutible.

lunes, 22 de enero de 2024

Premios Goya 2024

El listón está muy alto este año. Me gustan 'Un amor', '20. 000 especies de abejas', 'Saben aquell' y, un poco menos, 'La sociedad de la nieve'. Pero sobre ellas, sobre todas ellas, siendo de una calidad muy importante (todas), me quedo con 'Cerrar los ojos', de Víctor Erice. Hacía tiempo que no veía nada igual en el cine español. Impresionante. De esas películas que te dejan el corazón en un puño, la piel de gallina, el nudo en la garganta. Palabras mayores.

lunes, 15 de enero de 2024

Gena, nuestra gata

Cuando entro en la cocina para preparar café, me recibe todas las mañanas subida una silla alta que trajimos de la otra casa. No sé cómo, pero ella sabe si estoy triste, muy triste, o un poco mejor. Conoce a la perfección nuestros estados de ánimo. No es muy amante de las visitas. Curiosamente, a mi madre era a la única a la que se acercaba cuando venía por casa. Estira, ahí subida, una de las patas y me la ofrece. Yo se la acaricio. Y me pongo con el café. Entonces, ella empieza a ronronear sobre mis pies. No sé quién dijo que los perros eran más cariñosos que los gatos. Alguien, supongo, que no conocía mucho el mundo gatuno.

Gena, mi gata. Nuestra gata. Cada mañana.

viernes, 12 de enero de 2024

Álvaro Pombo, Premio Francisco Umbral

Sé bien, desde mi época de librero, que Álvaro Pombo no es autor para todos los paladares. Ni siquiera, en ocasiones, para personas con buenos gustos literarios. Yo lo intentaba, pero casi siempre torcían el gesto. Pocas veces, tras algunos de esos intentos, volvían a repetir. Qué le vamos a hacer, pensaba. Por mi parte, continuaba leyéndolo y reseñando sus libros en la añorada revista Clarín. Me parece un autor extraordinario. 'Santander, 1936' es una gran novela. Por eso, y lamentando una vez más que a sus 84 años no tenga el Cervantes, me alegra mucho que le hayan concedido el Premio Francisco Umbral. Estoy seguro de que, si siguiese siendo librero, hoy pondría su libro en el escaparate a primera hora y continuaría recomendando sus libros. Nunca hay que perder la esperanza con esto de la literatura.