sábado, 31 de diciembre de 2022

Vargas Llosa

Lo que Vargas Llosa haga con su pichula (por utilizar el mismo término que él empleó en su cuento) es asunto suyo. Vargas Llosa es un escritor, un gran escritor, aunque no esté entre tus favoritos. No es una persona que, por su trabajo público, deba mantener determinadas formas, ni tampoco es uno de esos personajillos de medio pelo que salen en programas casposos por cuatro duros. Y es también, no lo olvidemos, un anciano. Y los ancianos, aunque tengan la cabeza en su sitio, a veces, como los adolescentes (y no solo los adolescentes), pierden la cabeza. Aunque sea por amor o por sexo, o por ambas cosas. Las ancianas también lo hacen: recordemos las huidas hacia delante, entre escotes y hombres imposibles, de Sara Montiel o de Elizabeth Taylor en los últimos años de sus vidas, tratando de evitar lo inevitable (el paso del tiempo, el deterioro, los fantasmas de un pasado glorioso, la muerte). Sara era un mito, Elizabeth era un mito, Mario es un enorme escritor. Gente con carreras importantes a sus espaldas. Y no, insisto, esa gente sin oficio ni beneficio que da pena y vergüenza ajena. Por eso, después de lo ocurrido, me molesta bastante el ridículo al que está siendo sometido el escritor, compartas o no su actitud. (Piensa, antes de escribir o juzgar, que tú también puedes caer por los mismos precipicios, si no has caído ya, la vida es larga y complicada). Marguerite Duras vivió los últimos años de su vida con un hombre homosexual. Ella era consciente de ello. Y se enfurecía, y se rebelaba, y se emborrachaba, y seguía a su lado. Escribiendo algunos de sus textos más hermosos y estremecedores sobre lo que ella denominaba la imposibilidad del amor. Quizá Mario, ahora mismo, desde otra perspectiva, esté escribiendo sobre ello. 

viernes, 30 de diciembre de 2022

Revista Clarín

A lo largo de casi tres décadas, escribí dos artículos largos (uno sobre Buenos Aires y otro sobre San Francisco) y numerosas reseñas para Clarín, cuyo último y definitivo número ya está en las librerías. Ya le di en privado las gracias a José Luis García Martín, que dirigía la revista con exigencia y exquisitez, por la libertad que siempre me brindó a la hora de escribir y por conseguir que todas las colaboraciones, de la primera a la última, fuesen remuneradas. Un dinero recibido siempre puntualmente, sin vueltas ni tonterías. 

Le doy de nuevo las gracias públicamente. Si el final de cada año siempre es motivo para el balance, el final de una etapa así lo es aún más. 

domingo, 25 de diciembre de 2022

Sissy Spacek

Es Navidad. Y Sissy Spacek está de cumpleaños. Desde aquella juventud hasta esta espléndida madurez, Sissy ha demostrado ser una de las mejores actrices del cine americano. A cualquier película o serie (aunque no estén a la altura de su talento), le otorga una incuestionable calidad interpretativa. Tal vez por su discreción y porque no se prodiga demasiado en fiestas y similares, no tiene (creo) el reconocimiento que se merece. Una injusticia. Otra más.  

En todo caso, desde aquí la recordamos hoy.  

miércoles, 21 de diciembre de 2022

La luz dorada del verano indio

Un hombre y una mujer. Jóvenes, atractivos, con inquietudes políticas e intelectuales (sobre todo, ella). Con dos hijos pequeños. Y una cámara, comprada por el marido, para grabar los viajes por diferentes países, las sonrisas y los juegos de los niños, la presencia de los abuelos (la madre de ella, los padres de él), el deterioro de la pareja, el crecimiento de los hijos. Un trozo íntimo de sus vidas, desde 1972 hasta 1981, narrado por ella, la mujer, la escritora Annie Ernaux, último premio Nobel de literatura. En ese período, casi a escondidas, escribe su primera novela, 'Los armarios vacíos'. Luego, la segunda: 'La mujer helada' (ambas publicadas aquí por Cabaret Voltaire). Vemos las imágenes grabadas por el marido, narradas por la escritora, seleccionadas ahora por ella misma y por uno de sus hijos. Y las imágenes quedan como testimonio de una época. Reflejo inevitablemente melancólico de los primeros años de un matrimonio (y su posterior declive), de una escritora que quiere reflejar sus pensamientos, de una mujer que comienza a posicionarse. Como, según apuntan casi al final, aquella luz dorada del verano indio. Canciones que se escuchan y que, con el paso del tiempo, van adquiriendo diferentes significados. Apropiado complemento para las obras de la gran escritora. Las primeras y las que vendrían después. 

sábado, 17 de diciembre de 2022

Despedida

Fue la primera vecina que conocimos al llegar a este edificio, pronto hará ocho años. E. era menuda, delgada, inquieta, atenta, educada, muy habladora. Tenía la voz grave de las mujeres fumadoras, la casa llena de libros y esa fina ironía que exhiben algunas personas inteligentes con el paso del tiempo. Con esa misma voz, en un susurro, me confesó la edad un día que salíamos del ascensor. Muchos años, sí, pero una mente abierta y despierta. Luego, ya sin susurros, dijo: cómo comprenderás a esta edad, no voy a dejar de fumar, ¡era lo que me faltaba! Genio y figura. Al verme en una entrevista del periódico, se enteró de que era escritor. Compró aquel libro y alguno más, y fue a la presentación de uno de ellos. Coincidíamos a veces en una terraza cercana, ella con su vino (y su cigarrillo), y nosotros con el nuestro. Siempre resultaba un placer encontrarnos con ella. La voz grave, la fina ironía, la amabilidad. ¿Cuándo publicas otro libro?, me dijo la última vez que nos vimos en el portal. Muy pronto, le respondí, ya te avisaré para la presentación. Allí estaré, me dijo. Sonrió y nos despedimos. Fue la última vez que la vi. Una mujer encantadora. La echaremos de menos.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Mantícora

Lo que logra Carlos Vermut en su cuarta película, 'Mantícora', es extraordinario. La manera de presentar al personaje central (ese monstruo que Nacho Sánchez recrea magníficamente con mirada penetrante y con cada movimiento de su cuerpo), la sutileza que emplea para evitar mostrar lo más descabellado, el intento de redención a través del amor (vamos a llamarlo así), la apoteosis antes del final y la apoteosis definitiva. Todo transcurre con aparente normalidad y debajo de esa aparente normalidad, muy cerca, está la inquietante sensación de que todo va a estallar por los aires en cualquier momento. Y cuando lo hace, cuando todo estalla con la precisión del artefacto más sofisticado, ya no le quedan al espectador ni muchas palabras ni mucho aliento. Sabíamos que caminábamos sobre un terreno minado, y aun así resulta imposible salir indemne del golpe. Tal es el prodigio con el que Vermut, desde una sobriedad casi imprescindible y con un excelente guion, representa el horror más absoluto. Eso que, a veces, se esconde detrás de vidas aparentemente normales y corrientes, y que vemos con frecuencia en las noticias de los periódicos y los telediarios. Un paso adelante en su interesantísima carrera. Nominada en cuatro apartados para los Goya (dirección, guion original, actor protagonista y actriz revelación), merecía también figurar entre las mejores películas. Porque, de hecho, lo es. Una de las mejores de este año glorioso para el cine español.  

martes, 6 de diciembre de 2022

Adiós, Kirstie

Ha muerto Kirstie Alley. Era una gran comedianta que no tuvo demasiada suerte en el cine. De aquella televisión que nos llegaba entonces de Estados Unidos, le pertenecían unas cuantas horas de buenos momentos. Y nosotros ahí, frente al televisor, antes de que las series se convirtieran en esta avalancha que hoy recibimos desde no sé cuántos canales. Pero ella seguía en un rincón de la memoria. Y ahí seguirá. Por aquellos buenos momentos. Aunque nos quedara esa espinita clavada por verla en trabajos cinematográficos a su altura. Qué prematura despedida. Adiós. Kirstie. 

lunes, 5 de diciembre de 2022

Chantal Akerman

‘Jeanne Dielman, 23, Quai du Commerce, 1080 Bruxelles’, de Chantal Akerman, ha sido elegida por los críticos de la revista británica "Sight and sound" como la mejor película de la historia. De ella, vista hace tiempo, recuerdo, sobre todo, los silencios de la protagonista y aquella manera diferente de filmar lo cotidiano. Levantarse, preparar el desayuno, hacer la compra... Buscarse la supervivencia, la propia y la de su hijo, aun a costa de perder la dignidad (no vamos a desvelar el secreto de esa supervivencia y sus posteriores consecuencias, eje central de la historia). Y recuerdo la presencia de Delphine Seyrig, naturalmente. De principio a fin. El magnetismo de esta actriz francesa, tan bien retratada por Marguerite Duras en su libro de crónicas 'Outside' y en sus trabajos cinematográficos. Escribe Duras: "Cuando anda, todo su cuerpo se mueve, y no hace más ruido que un niño". Y añade: "Si no la han visto ustedes en el cine, ¿cómo decirles que ocurre con ella?". Su elegancia. ¡Hasta pelando patatas en una modesta cocina resultaba elegante! No le hacían falta muchas palabras. En realidad, a Seyrig, en cualquier historia (vuelvo a pensar en Duras), le basta un gesto, una mirada o un movimiento de cabello para expresar cualquier emoción.

De Akerman, la editorial Tránsito publicó el año pasado 'Una familia en Bruselas', breve e intenso monólogo de una mujer, la propia madre de la escritora y cineasta, que me pareció conmovedor. Recomend

sábado, 3 de diciembre de 2022

Otra Navidad

¿La Navidad? ¿Qué es la Navidad para mí? Sinceramente, me importa poco. Muy poco. La Navidad me importó ayer, cuando era pequeño, y me importa (sí) hoy, que mis padres son mayores. La Navidad, para mí, son los padres. Papá y mamá. Mamá y papá. Como los Reyes. Pero sin falsedad, sin mentiras, sin demasiadas vueltas. Esto es lo que hay. La Navidad es coger a tus padres por banda y salir a comer con ellos, muchos días de diciembre. Un vino, dos vinos, tres vinos, y a comer. Venga. No hace falta ir a sitios caros. Lo importante es salir de casa. Eso les hace felices. Y eso es la Navidad para mí, en este mes, su felicidad en el último tramo, y que dure mucho ese último tramo. Es sencillo, es sencillo. Que dure mucho ese rollo de un vino, dos vinos, tres vinos, y vamos a comer algo. Venga. Pago yo, dice mamá siempre. No quedan muchos sitios donde se pueda comer bien por un precio asequible, esta es otra historia, pero ellos lo saben. No importa nada, nada, excepto su sonrisa, cerca de otra Navidad, aunque la Navidad no nos importe nada a ninguno. Una celebración que no es celebración de nada (para nosotros, y respetando a todo el mundo), pero que lo es, y mucho. Ustedes me entienden, seguro.