lunes, 25 de octubre de 2021

Sobre 'La mujer de al lado'

Mariajosé Menéndez, gran lectora a la que tuve el placer de conocer en persona el día que fui a firmar a la Semana Negra el pasado julio, sufrió un calvario de malos tratos que me impresionó profundamente cuando lo contó en su página de Facebook. Un calvario parecido al que vive la protagonista de mi segunda novela, 'La mujer de al lado'. Ese día de julio, Mariajosé compró varios de mis libros, entre ellos esta novela. Acaba de leerla y de escribir estas palabras sobre ella. Palabras que me conmueven. Como me conmueve (y alegra) su fortaleza y sus ganas de seguir adelante. Ojalá el final de todas las mujeres que viven esa plaga salvaje, despreciable y violenta fuese como el suyo. Gracias, Mariajosé. 


"Una novela, leída de un tirón, que describe con maestría el miedo y la vergüenza que yo he llegado a sentir gran parte de mi vida a causa de los malos tratos y el intento de asesinato que sufrí. Gracias, Ovidio Parades, por entenderme.
Absolutamente recomendable."

miércoles, 20 de octubre de 2021

Día de la Espondilitis anquilosante

Al principio, desbordado por los acontecimientos, no sabes pronunciar bien su nombre. El nombre de la enfermedad. Espondilitis anquilosante. Una enfermedad dolorosa y degenerativa que afecta a todos los huesos y articulaciones del cuerpo. Mi madre la padece desde hace quince años. Quince años de enfrentarse cada mañana a lo inesperado. Al dolor y, en ocasiones, a la inmovilidad. A que un gesto como acercar la mano a la mesa para alcanzar una taza constituya toda una proeza. A tardar diez minutos en llegar de una estancia a otra de la casa. Al dolor, digo, que, con el paso de los años, acostumbrado el cuerpo a los medicamentos (droga pura y dura, cuya receta hay que renovar cada tres meses), nunca desaparece del todo. Ni siquiera en los mejores días. Al dolor que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. A traición.

Como hay días para todo, hoy es el día de esta enfermedad. 
Lo importante, dentro de lo que supone padecer una enfermedad de esta magnitud, es que la persona se sienta arropada en todo momento. Pasear con ella, tomar un café o un vermú, comer juntos, llevarla al cine o a ver el mar... Lo que sea: todo cuenta para tratar de ahuyentar por un rato los dolores. La inmovilidad y ese dolor constante puede llevar a depresiones importantes, como es lógico. Mi madre, aunque a veces se desespera (y está en su derecho), es una mujer optimista. Y con todo, sé que es una mujer afortunada: siempre estamos con ella. A veces, a su lado, pienso en la gente que padece la enfermedad y se encuentra sola. Quizá hoy sea un buen día para reflexionar sobre ello. Y para que los gobiernos ayuden a combatir la soledad de esas personas, que es en buena medida una forma de mantener un poco a raya la enfermedad.   
Por lo demás, paciencia y risas. Aunque no tengas el día para risas. Todo es cuestión de ponerse e inventarlas. Inventar risas y también inventar historias para que ella, mi madre en este caso, piense en otras cosas y olvide durante un rato que ese cuerpo es el suyo. 

lunes, 18 de octubre de 2021

Día de las Escritoras. Marguerite Duras.

Marguerite Duras: Rompedora, salvaje, descarnada, brutal. Su manera de acercarse al lenguaje y al deseo (al deseo a través del lenguaje) sigue impactando por mucho que la hayas leído. Siempre queda una palabra por descubrir en sus libros, tan manoseados. Un silencio. Un aullido. Una manera delicada de regresar a la infancia, de nombrar el amor, de evocar a la madre o al hermano favorito. Un modo furibundo de dirigirse a los nazis y a cualquier injusticia. Otra vez ese aullido. Me impactan sus últimas entrevistas, siempre a punto de llorar o llorando directamente. Con 80 años, con la salud muy deteriorada, escribió un ensayo memorable, 'Escribir'. Irrepetible. Imprescindible. Sigo confiando que alguna editorial traduzca al castellano los textos que quedan pendientes. 

sábado, 16 de octubre de 2021

Cumplir 50 años

El jueves cumplí 50 años.  Es una sensación extraña. 50 años. Una sensación similar a la que tienes cuando estás esperando que suceda algo importante, y de repente sucede, y de repente parece que todo ocurrió en otra vida o le ocurrió a otra persona. A veces, ensimismados en proyectos y preocupaciones, los días pasan lentos, pero lo cierto es que la vida transcurre a toda velocidad. Como esos trenes que pasan mientras el nuestro se ha detenido por unos instantes y uno tiene la sensación de que va a ser arrollado por ellos en cualquier momento. En cierto modo, vivimos así: con esa sensación de ser arrollados en cualquier momento. Es un vértigo que no dura todo el tiempo (sería imposible vivir siempre atenazados por él), pero está ahí. Supongo que lo fundamental es seguir a lo nuestro. Llenar los días con esos proyectos (literarios, básicamente) y llenar los espacios con esas personas que, a pesar de determinados problemas, logran que sigamos disfrutando de los placeres sencillos.    

domingo, 10 de octubre de 2021

'Madres paralelas': dignidad y contención

'Madres paralelas' es una película compleja. El propio Almodóvar lo dice en un vídeo poco antes de empezar la película. Eso no quiere decir, añade, que sea una historia difícil de entender. Se entiende perfectamente, pero es compleja. Y lo es porque hay muchas historias dentro de esa historia que empieza con una mujer (Penélope Cruz) haciendo una serie de fotografías a un hombre (Israel Elejalde) y termina con un plano (otra fotografía) impactante, demoledor, que remueve muchas cosas, muchos sentimientos, tengas o no tengas familiares sepultados en cunetas. Ciertas sensibilidades, encabezadas por la conciencia, se posicionan por encima de posturas políticas. O deberían hacerlo, si consideramos que tenemos cierta madurez y vivimos en una sociedad cercana a una madurez democrática. 

Pero volvamos a las fotografías del principio, donde arranca esta historia. A partir de ahí, la mujer que realiza las fotografías a ese hombre se verá envuelta en una serie de problemas y circunstancias fruto del azar. El destino y sus corrientes. El destino y sus complejidades. El destino se convierte en un drama que Pedro Almodóvar sabe dirigir con esa sobriedad y contención que viene mostrando desde la magnífica 'Julieta'. La vida te pone en un brete y en otro, constantes bretes, pero hay que afrontarlos para seguir adelante, sin arrebatos ni histrionismos. Penélope contribuye, más que nunca, a esa contención. Contención sin la cual la película se desbordaría en cualquier momento. Ahí sigue estando la clave. 
Todas las actrices están espléndidas y Elejalde cumple a la perfección con su cometido. Hay tramos bellísimos a lo largo de la película (la cortina que mueve el viento mientras algo sucede dentro de la habitación, el monólogo de Doña Rosita a cargo de Aitana Sánchez-Gijón, determinado encuentro entre Penélope y Milena, el rostro y la historia de tres minutos de Julieta Serrano...) que culminan en un final difícil de olvidar a la salida del cine. Un final que hay que asimilar y digerir. Aliviarse para pasar página. Ponerse en la piel del otro. Respetar el silencio, los silencios. Y, sobre todo, la dignidad. Esa dignidad a cara lavada que impresiona y apabulla en su rotunda y demoledora belleza. 
Una de sus grandes películas. 

lunes, 4 de octubre de 2021

En un lugar salvaje

Además de belleza y talento (no siempre tan aprovechado como se merece, una vez más), Robin Wright posee ese magnetismo que hace que la cámara la adore en todo momento, en cualquier circunstancia. Ahora vuelve a ponerse delante de la cámara y también detrás. Su primera película como directora, 'En un lugar salvaje'. Una historia dura que ella narra de modo honesto y austero. Y que te deja con ganas de conocer los caminos que puede recorrer a partir de aquí como directora. 

Está en Filmin. 

viernes, 1 de octubre de 2021

Cerrar cines

Si se cierran definitivamente los cines, posibilidad que apunta hoy el periódico debido a la poca asistencia de público tras la pandemia, será una catástrofe. Lo será para algunas personas. Lo será para mí. Veo muchas películas en casa, de entonces y de ahora. Reviso clásicos, como es natural, aunque no me quedo anclado ahí. Se siguen haciendo buenas películas que se estrenan directamente en deuvedé o en plataformas. Pero nada es comparable a la sala de cine, a la pantalla grande, a la oscuridad. A esa expectativa que tienes sobre la película que has escogido para ver esa tarde, primera sesión. No se trata de literatura o de nostalgia. Es evidente que la memoria está ahí porque he ido muchísimas veces al cine a lo largo de mi vida. Estoy hablando del presente. De la semana pasada. De hoy mismo. A pesar de tantas circunstancias que han hecho de mí un hombre muy diferente a aquel adolescente que comenzaba a ir al cine, aún conservo cierta excitación por descubrir esa película elegida para ver en pantalla grande. En el camino que separa mi casa del cine más cercano (unos cinco kilómetros), esa excitación aumenta. Perder eso, sería perder demasiado. Y perder demasiado no es ninguna frase hecha. Es una realidad -dura, triste, desagradable, cansina- que me resisto a aceptar de nuevo.