Amor y canibalismo en la nueva película de Luca Guadagnino, 'Hasta los huesos: Bones and all'. Podría haber sido una gran historia. Se queda a medias, un sí pero no, mucha sangre y pocas nueces. Como si faltasen algunas explicaciones, hondura y verdad. Carece del tono poético que un tema tan complejo y delicado requiere para ser creíble. La protagonista, Taylor Russell, parece ausente y resulta un tanto cargante en ocasiones, y Timothée Chalamet se empieza a querer tanto a sí mismo que no sé si eso acabará por estropear su carrera. Tiempo al tiempo. Supongo que dependerá de la persona que tenga detrás de la cámara. Lo mejor es la búsqueda de la madre por parte de la protagonista, el gran Mark Rylance en un papel inquietante (como tendría que ser toda la película) al que se echa de menos cuando no está en pantalla y una Chloë Sevigny que en una breve e intensa aparición logra crear una de esas mujeres atormentadas y terroríficas que recorren su carrera.
martes, 29 de noviembre de 2022
viernes, 25 de noviembre de 2022
Días perfectos
Resistir un día más.
jueves, 17 de noviembre de 2022
Almodóvar
Ahora parece que ya está todo ganado. No es así, que nadie se equivoque. Sin embargo, pese a ciertos cavernícolas que no se mueven de sus posturas es evidente que hemos avanzado. Y hay personas que han contribuido a ello con sus obras y su posicionamiento vital. Almodóvar, más allá de que te guste o no su cine (aquí nos gusta, y mucho), más allá de que te caiga mejor o peor, más allá incluso de sus propios errores (¿quién no comete algún error en una carrera tan larga y fructífera?), es una de esas personas. Imagínate a un joven solitario de 15 años en el 1987 de una pequeña ciudad de provincias viendo una historia como la de 'La ley del deseo', sintiéndose identificado con las emociones de aquellos personajes. Imagínatelo oyendo la dichosa palabra en boca de la gente que en aquella misma sesión abandonada la sala. El joven se sentía más cerca de lo que se contaba en aquella pantalla que de la gente que lo rodeaba. Había gente que sentía lo mismo que él y no le tenía miedo a ponerle nombre ni a vivirlo con libertad. Imagínate al mismo joven cuatro años más tarde, en otro cine de la misma ciudad, viendo una nueva película del director. Imagínate a uno de esos cavernícolas gritando el nombre que le pusieron sus padres a una actriz trans cuando aparecía en pantalla. Imagínate las risas de sus colegas. Imagínate toda esa mierda.
miércoles, 16 de noviembre de 2022
El hombre que lo vio todo
Estoy terminando de leer la última y espléndida novela de Deborah Levy, 'El hombre que lo vio todo'. Su protagonista, Saul Adler, es un tipo bisexual que transita por el Londres y el Berlín de 1988 y luego por el Londres de 2016. Es asombroso cómo Levy domina los tiempos, cómo narra lo sucedido políticamente entre esos años (1988-2016) a través de la vida de Saul y los hombres y las mujeres que van y vienen por su vida. Saul, en su juventud, lleva puesto un collar de perlas. Es un detalle significativo, no se te pasa por alto. No conocí esas ciudades europeas en el lejano 1988, pero aquí resultaba casi imposible en esa época ver a un chico, por muy bisexual que fuese, con un collar de perlas alrededor del cuello. No hace falta entrar en más detalles a este respecto. Durante casi toda la lectura, a diferencia de otras ocasiones, no le ponía cara al personaje. Me dejaba llevar por sus historias, pero no tenía un rostro concreto. Un tipo bisexual al que le pasan muchas cosas. Una novia, un amante, un accidente, viajes, confusiones... Ayer, casualmente, vi un vídeo de Timothée Chalamet con un collar de perlas alrededor del cuello. Y, de repente, qué cosas, el Saul creado por Levy tuvo rostro. El rostro del actor de 'Call me by your name'. Y, curiosamente, rememorando las andanzas y el comportamiento del personaje a lo largo de la historia de Levy, podía ser él. Era él, sin lugar a dudas. Podrán hacer la versión cinematográfica de la novela y poner al frente a otro actor, pero yo seguiré viendo a Chamalet con su cuerpo menudo y su collar de perlas. Y todas sus confusiones.
sábado, 12 de noviembre de 2022
Cantar de ti mesma
Vamos haciendo la vida como podemos, que es una manera como cualquier otra de decir que la vamos haciendo como nos dejan. El proceso es casi siempre similar. Infancia, adolescencia, juventud, madurez y, con suerte, vejez. Por ahí, para hacerlo todo un poco más llevadero, vamos intercalando libros, músicas, películas... Cada cual tiene su repertorio y, en ocasiones, los repertorios coinciden. Una manera, la del repertorio, de recuperar el aliento para continuar. Similar a ese momento en el que, después de pasar un buen rato bajo el agua de la piscina, volvemos a la superficie para respirar. Eso tan básico y necesario, tan rutinario y sublime. Leer. Escuchar música. Ver una película, y luego otra, quizás otra más en la misma madrugada. Respirar. Recuperar la sensación de estar vivo. El oxígeno dentro de los pulmones. Dentro y fuera. Dentro y fuera. Pensar que la alegría no es la meta, sino el camino. Cuidado con la diferencia. La alegría, sí, en medio del dolor. "Soltar una carcajada salvaje dentro de la más dolorosa aflicción", escribió Samuel Beckett, no sé si antes o después de esperar a Godot. El dolor por la muerte de la madre. Es lo que nos cuenta Pablo Texón en su último libro de poemas, 'Cantar de ti mesma', editado por Trabe. El dolor por esa muerte, pero sin olvidar esa línea trazada: la alegría como camino, no como meta. Introduciendo variaciones en el poema de Kavafis. Y así, construyendo poemas o construyéndose de nuevo a sí mismo (¿qué otra cosa es la escritura?), Texón compone unos versos poderosos. Más poderosos aun que la muerte porque en ellos quedan fijados los momentos compartidos, los restos del naufragio, la búsqueda constante de la alegría. Y todas esas danzas donde antes había dos y ahora hay una sombra y un hombre que escribe. A la mierda con aquel 1967.
viernes, 11 de noviembre de 2022
Día de las Librerías
Decía el otro día David Torres por Facebook que tenía pendiente escribir un libro sobre sus experiencias como librero. le conté que yo tenía desde hacía tiempo un proyecto similar, pero otras historias se van cruzando y ya se sabe. Casi diez años como librero, desde que abrí emocionado aquella puerta de la primera librería en la que trabajé hasta que el dueño de la segunda decidió echar el cierre en los tiempos más duros de la crisis. Ha llovido mucho desde ambos momentos, pero recuerdo perfectamente las sensaciones personales y las historias de la gente aficionada a la lectura y de la que no lo era en absoluto, pero tenía ganas de charla, de refugiarse de la lluvia, del calor o de la soledad.
miércoles, 9 de noviembre de 2022
Vámonos, Bárbara
No había tenido oportunidad de ver ninguna película de Cecilia Bartolomé, galardonada con el último Feroz de Honor. FlixOlé acaba de subir 'Vámonos, Bárbara', su primer trabajo como directora. Y me ha sorprendido gratamente. Es de 1978, y su posición sobre el feminismo es una de las claves fundamentales de la película. Basada libremente en 'Alicia ya no vive aquí', la película de Scorsese con la que Ellen Burstyn se llevó el Oscar, y con una Amparo Soler Leal que se merecía otro. Una especie de road movie de la época de la transición que conviene descubrir o revisar.
martes, 1 de noviembre de 2022
James Joyce que estás en los cielos
Mis muertos, que afortunadamente todavía no son muchos, me acompañan cada día, cada noche. En lo alto de la colina, en la playa, en las habitaciones de hotel, en el cine y los teatros. A la hora de escribir, de enfrentarme al insomnio, de volver a las calles que recorrí junto a ellos, a los bares donde compartimos vino y opinión. Con nieve o con sol. En realidad, aunque pudiese parecerlo, no es algo extraño. La edad contribuye aún más a ello. Una imagen es un recuerdo, y todo ello forma parte del hombre de cincuenta y un años que soy a día de hoy. Una imagen, un recuerdo. Y entonces comparto esa imagen y ese recuerdo con las personas que están a mi lado, y encontramos la risa o el alivio evocando a quienes nos acompañaron durante un tiempo a lo largo del camino. O no comparto ni la imagen ni el recuerdo, y me quedo ensimismado unos instantes, guardando la serenidad como una especie de tesoro. Un secreto del que siguen tirando hilos invisibles mientras la página se llena de palabras, la noche se agota lentamente y la mañana se despeja con sus renovadas incógnitas.