sábado, 28 de julio de 2018

Jennifer Jason Leigh

Me preguntaba ayer mi hermana por el nombre de una actriz que acababa de ver en no sé qué serie de televisión. Sí, sí, decía, es una actriz que te gusta mucho y creo recordar que escribiste algo sobre ella. Bien. Después de algunas divagaciones, dimos con la actriz. Se trataba de la maravillosa Jennifer Jason Leigh. Y sí, efectivamente, había escrito sobre ella. En LaEscena (el artículo, titulado Una rubia intensa, está colgado en la propia revista).
Sigo imaginándola de la misma manera:
Algunas veces, cuando escucho a Leonard Cohen cantar su “Chelsea Hotel”, imagino así a Jennifer: tumbada en una cama de aquel mítico hotel (las sábanas revueltas, el espesor del tabaco, la tarde a la deriva), como un ser un poco huraño y un poco herido, como otro pájaro en el cable, y que me disculpe Janis Joplin.

miércoles, 18 de julio de 2018

Coplas

Ya os conté la afición de una de las personas que viven en el edificio de enfrente por la copla. No tengo nada contra la copla (unas me gustan más que otras, todas en su justo momento), pero a veces, cuando abro la ventana por la mañana, siento que estoy viviendo dentro de 'Si te dicen que caí'. Y que voy a ver en cualquier momento a Victoria Abril, cigarro en mano, rubia platino como Carmen Broto, tarareando aquello de A la lima y al limón...  

sábado, 7 de julio de 2018

Músicas

Esta mañana, al abrir la ventana del estudio, percibí la música que alguien en el edificio de enfrente estaba escuchando. Una cantante de coplas antiguas que se parecía a la Piquer pero que no era la Piquer. Ahora, de ese mismo lugar, alguien que no es Bob Geldof canta 'I don´t like mondays'. Es una versión más lenta que la original y más larga. Parece una grabación en directo. Suena una y otra vez. Como esas veces en las que, más melancólicos que eufóricos, escuchamos constantemente la misma canción, pensando que tal vez de ese modo el mundo y todos sus problemas pudiesen quedarse al margen de esos cinco minutos. 
Es asombroso cómo a veces nuestros estados de ánimo se acoplan a los estados de ánimo de gente a la que ni siquiera podemos ponerle rostro, una tarde cualquiera de verano. 

jueves, 5 de julio de 2018

Orgullo gay II

El Orgullo gay es reivindicación y es fiesta. Y está bien que así sea: lo uno no está reñido con lo otro.  Y también tiene que ser, antes o después de la fiesta, reflexión. Por ejemplo: La gente mayor que está en residencias donde la mayoría es heterosexual (y no hay que ser muy inteligente para deducir que, en muchos casos, se trata de una mayoría homófoba). Ese gente mayor que padeció lo suyo durante 40 años de franquismo. No sería mala idea dedicar un año a la reivindicación y a la fiesta, y también a los supervivientes (hombres y mujeres) de todas las luchas y batallas que podemos imaginar detrás de cada una de esas vidas.