viernes, 31 de julio de 2020

Adiós, señor Parker

Triste noticia para terminar el mes. Ha muerto Alan Parker. 'Fama', 'El expreso de medianoche', 'El corazón del ángel' o 'Arde Mississippi' fueron películas impactantes en su momento. Hace pocas semanas revisé esta última y me sigue pareciendo, como en el momento de su estreno, una gran película, con un inolvidable mano a mano entre Gene Hackman y Willem Dafoe. 
Descanse en paz, señor Parker. 

miércoles, 29 de julio de 2020

Días de lluvia

Levanto la persiana, abro la ventana: cielo gris, lluvia fina, humedad. Más de lo mismo. Tengo que reconocer que cuando era muy joven me gustaban estos veranos. Ya no. Quiero sol. Quiero luz. Quiero salir a la calle sin paraguas y con pantalones cortos. Quiero que la claridad entre en la cocina y en el estudio y en todos los rincones de la casa. Quiero calor en la piel y en los huesos. Quiero beber vino blanco y sentir la excitación que produce el buen tiempo. Quiero buscar una sombra y comer allí un helado de los que cuestan tres euros. Quiero que el verano sea verano. 
Veo al portero del edificio de enfrente con su gorro para la lluvia y su mascarilla. ese atuendo que casi parece de camuflaje, y pienso que podría ser el portero del edificio de enfrente, Tony Curtis o un espía infiltrado. A veces pienso que el edificio de enfrente, tan enorme y antiguo, podría ser el escenario perfecto para una novela como las de Ruth Rendell. Todo es cuestión de ponerse a ello, me digo.  
Y voy a la cocina, y preparo más café, y no pongo la radio (¿para qué?), y saco el paquete de lentejas del armario.
Y pienso en el mar de aquellos otros veranos, y me voy lejos, lejos... 

lunes, 27 de julio de 2020

Aquellos deseos

Lo que me hubiese gustado entonces besar a Sam Shepard. Quitarle el sombrero, ordenar su pelo y dejarme llevar. Los sueños siempre tienen que tener un reflejo que los acerque a la realidad, así que para que todo resultase más convincente la luna tenía que estar alta y el rumor de algún río presente. La brisa nocturna hacía más llevadero aquel calor que a los dos nos cansaba. No era una imagen de cartón piedra. Era una escena de alguna de sus películas de los ochenta, pero allí, en el sueño, los labios de la rubia eran los míos. Esas cosas de la juventud, de los poemas, del deseo y de la ausencia del miedo. No hay otro misterio. Lo sueños terminan por estrellarse al final de la madrugada. Ese es su destino. Y puede que esté bien que sea así. La realidad sigue su curso y termina por imponerse, da igual lo que anheles o lo que termines por hacer. Siempre estaremos acertados y siempre estaremos equivocados. Nunca habrá equilibrio. 
Los años terminan por cambiar los sueños y el destino de los besos. Pero hoy, cuando se cumplen tres años de la desaparición del escritor, vuelvo a recordar todo aquello. Y a decir verdad, lo recuerdo como si realmente hubiese ocurrido. Lo recuerdo, de hecho, con más claridad que aquellos otros besos de noches largas y húmedas que fueron auténticos y que hace tiempo que se volvieron tan difusos como si perteneciesen a otra persona. 

domingo, 26 de julio de 2020

Buscando el corazón del sábado noche

Ayer, tras ver la foto de mi nueva novela y conociendo los temas literarios que me interesan, mi amiga Leticia Sánchez Ruiz (magnífica escritora) se preguntaba públicamente de qué podría ir en esta ocasión la cosa. Aunque ya os conté que la historia transcurre en una larga noche y se centra en la petición que una mujer le hace a otra, en breve desvelaremos algo más. Aquí va otro apunte: la canción que aparece varias veces a lo largo de esa noche y que, de hecho, da título al segundo (y más importante) de los tres capítulos que conforman la novela. 
El señor Waits y su inmortal melodía. 
Looking for the heart of saturday night. 

jueves, 23 de julio de 2020

De libros y aniversarios

En este extraño día de libros y aniversarios (veinte años sin Carmen Martín Gaite), doy por finalizadas las correcciones de 'La noche se detiene'. Por tanto, en octubre, si todo sigue su curso, cumpliré 49 años y llegará a las librerías mi tercera novela. 



viernes, 17 de julio de 2020

Take your time and you´ll be fine

La última luz de la tarde va dejando ciertas dosis de melancolía en este verano tan extraño. Todo está envuelto en una especie de quiero y no puedo. El miedo sigue acechando, aunque queramos ser más fuertes que él. Bebo vino blanco en una terraza y escucho a Nick Drake mientras espero por Íñigo. Anoto el título de la canción en el cuaderno: Things behind the sun. Y también escribo una de sus frases: Take your time and you´ll be fine. No hay nada premeditado en ello, ni tampoco sé las razones por las que lo hago, pero me hace sentir bien. De alguna manera, al hacerlo, la canción permanecerá más cerca. Take your time and you´ll be fine, escrito con mi letra, la tinta liquida y azul, sobre el papel. Y, por un instante, estoy dentro de la canción y no en esa terraza, con el miedo acechando, en esta ciudad en la que, como en el resto del mundo, tampoco estamos a salvo. Veo a la gente pasar, el movimiento de sus manos y del resto del cuerpo, pero no escucho sus voces, tampoco sus risas. Sigo dentro de la canción, un rato más, como si eso me protegiera del miedo y las incertidumbres. Y en el fondo, lo hace. Lleva haciéndolo desde que empezó todo esto. Es lo que nos aleja de la realidad, de este verano tan extraño. Lo que nos ayuda a seguir resistiendo. Y vuelvo a escribir esa frase en el cuaderno: Take your time and you´ll be fine. Me hace sentir bien. Puede que con eso, por ahora, sea suficiente.         

miércoles, 15 de julio de 2020

El Colapso

Un mundo desolado por la crisis y el caos. Un sálvese quien pueda tras otro. Un puñado de víctimas y algunos verdugos. Una lucha cruenta y miserable por el agua, los alimentos, las medicinas, la gasolina... El bien y el mal, en constante desequilibrio. La falta de escrúpulos, de solidaridad, de empatía con el otro. Gente con dinero y gente sin dinero. Esas constantes desigualdades. Los eternos conflictos, sí, versión 2020. No hay marcha atrás, no hay pudor, no hay vergüenza. Todo está en permanente estado de colapso. Todo está a punto de estallar. Tiempos salvajes. 'El Colapso' es una serie brillante y demoledora, inquietante y perturbadora. Afilado espejo que refleja esta sociedad y la que nos aguarda (me temo). No es una serie de terror, pero lo provoca. Sin contemplaciones.