Todo lo demás -tictac, tictac- ya es fotografía. O está a punto de serlo.
domingo, 31 de julio de 2022
Perlora
viernes, 29 de julio de 2022
Ámame
Cuando un hombre se siente brutalmente perdido, fuera de control, aislado pese a estar siempre rodeado de gente. Cuando busca refugios imposibles en los que encontrar un poco de calor: orgías sexuales, alcohol, drogas. Cuando siente que ha perdido pie por completo y que todo lo que puede dar sentido a una vida se ha ido al garete. Cuando una mirada rompe la pantalla y te conmueve hasta hacerte daño. La mirada de Leonardo Sbaraglia, impresionante de principio a fin. La manera de ir de un lado para otro sin demasiado criterio. De huir. De aullar. De arañarse. De intentar ganar el combate. Y ahí, a retazos, inexplicable y despiadada como siempre, la vida.
martes, 26 de julio de 2022
Paul y Ray
Paul Sorvino y Ray Liotta. Una foto que apunta muchas cosas.
martes, 19 de julio de 2022
El dios de madera
'El dios de madera' es una interesante película dirigida por Vicente Molina Foix. De hecho, el guion está basado en un antiguo cuento del propio escritor. La emigración ilegal, la diversidad sexual, los diversos encuentros y desencuentros, y el amor que puede surgir cuando se dejan los prejuicios a un lado. Y ahí es donde está lo mejor de la película: la transformación del personaje de Marisa Paredes, una viuda con una existencia un tanto anodina que verá de repente cómo su vida cambia de la noche a la mañana. Su personaje tiene algo de algunas de aquellas mujeres de Tennessee Williams con misteriosos pasados que vivían encerradas en mundos muy reducidos y que, tras un fogonazo inesperado, todo se trastocaba a su alrededor. Y Marisa, que se llevó el premio del Festival de Málaga (y que bien se merecía también un Donostia), lo borda. Solo por su contenido trabajo ya merece la pena ver la película. Está en Netflix.
jueves, 14 de julio de 2022
Paraísos
Empieza a arder la mañana, como una marabunta lejana que fuese acercándose poco a poco desprendiendo fuego por la boca, pero aquí, donde nos refugiamos estos días, todo transcurre de otra manera. El sol ya es incapaz de esconderse. Cielo azul, completamente despejado, y el hilo blanco de un avión al que hoy no me apetece subirme. De la madrugada, solo queda la huella húmeda en la madera y en las páginas de un libro que me olvidé de recoger anoche. Y también ese olor a hierba mojada que es rastro inequívoco de aquella parte de la infancia que transcurrió en un pueblo cercano y que hoy ya solo es territorio de la novela que estoy escribiendo. Paraísos que ya solo pueden habitarse así, con palabras. Piso esa hierba mojada y descubro que un gato que no es mío acaba de comerse las galletas que Lola no quiso ayer. Piso esa hierba mojada que, contra todo pronóstico, no hace daño a mis huesos. De pronto, me doy cuenta de que faltan justo tres meses para llegar a los 51. Sé que la velocidad con la que ha transcurrido este año será ya la misma hasta el final. Pero no hay vértigo ni intensidad, ya no. Lola, a mis espaldas, ahuyenta el silencio de la mañana con esos ladridos que indican que deje ya lo que estoy haciendo y me dedique por completo a ella.
viernes, 8 de julio de 2022
James Caan
James Caan pertenecía a ese grupo de actores que siempre están perfectos en sus papeles. Viejos zorros que se las saben todas. Y que actúan con la misma facilidad con la que mascan tabaco o le lanzan una mirada irónica al personal. Poseía, además, un atractivo muy especial: el que otorga el conocimiento de la vida, el conocimiento de las zonas luminosas y las zonas menos luminosas. Además de sus grandes películas, hay una interpretación que representa bien esto que apunto. La película 'For the boys' (aquí, absurdamente, 'Ayer, hoy y siempre'), junto a Bette Midler. Una especie de cómicos que se dedican a animar a las tropas de diversas guerras. Midler, contenida, realiza uno de sus grandes trabajos, y Caan, también. Lástima que solo ella fuese nominada al Oscar. Nunca se lo dieron, por cierto, pese a merecerlo en más de una ocasión.
martes, 5 de julio de 2022
Supermercado
Hay días en los que, por diversas razones, acercarse al supermercado a comprar algunas cosas imprescindibles se hace demasiado cuesta arriba. Escoger productos, seleccionar ofertas, aguantar (aunque la comprenda) la cara de mala hostia de la cajera, esquivar al viejo de turno que se quiere colar con todo el descaro del mundo. "Disculpe, pero voy yo". Te sale la voz de Richard Burton recién despertado, después de una noche de farra con bourbon y la Taylor. El viejo masculla algo (ni caso), pero se mantiene en su sitio.