martes, 26 de febrero de 2019

Mujer en el bar, por Maite Núñez

La estupenda escritora Maite Núñez también acaba de leer 'Mujer en el bar'. Y ha dejado constancia de ello con estas palabras que le agradezco sinceramente:  

Ovidio Parades ya nos tiene acostumbrados a historias de mujeres en las que parece que no pasa nada, pero que contienen un mundo. En 'Mujer en el bar' se supera, si ello era ya posible. Relatos precisos y preciosos, que dejan con la sensación de que Ovidio nos conoce como nadie. Y yo no puedo más que decir: gracias, Ovidio.

domingo, 24 de febrero de 2019

Mujer en el bar, por Laura Freixas

Laura Freixas, tras leer 'Mujer en el bar', ha escrito estas palabras en Twitter, su red social preferida:

Leído: "Mujer en el bar" de @ovidioparades. Es curioso, sus cuentos me resultan adictivos, aunque en ellos apenas pasa nada (y si pasa, pasa fuera de escena). Será la delicadeza, la humanidad, la sutileza con que atisba vidas y retrata personajes, sobre todo femeninos.

miércoles, 13 de febrero de 2019

En recuerdo de Alberto Piquero

Vino a nuestra casa hace años para hacerme un reportaje para El Comercio con motivo de la publicación de uno de mis libros. Aún puedo verlo sentado en este mismo sillón en el que ahora escribo estas palabras. Exquisito, culto, educadísimo, agradeció el café que le ofrecí, y mantuvimos una charla como si fuéramos dos viejos amigos atrapados por las mismas pasiones: la literatura, el cine, la música, el teatro... Iba tomando apuntes en su libreta y la conversación se alargó más de lo esperado porque creo que los dos estábamos a gusto. Desde una esquina, medio escondida, Francesca. Y desde la pared, varias mujeres del cine clásico nos observaban. No pasó por alto ambos detalles. Y así lo reflejó en el texto que escribió de aquel encuentro. (Uno de los mejores, por cierto, que me han dedicado). "El difícil arte de la sencillez", puso por título al citado texto. 
Luego, nos encontramos varias veces a la entrada o a la salida de algún teatro y siempre intercambiábamos alguna breve palabra y nos saludábamos con afecto. Y cuando se unió a este invento de las redes sociales, nos seguimos con cercanía y aquel mismo afecto. 
Leía (casi) todo lo que escribía y siempre estaba de acuerdo con su visión de aquellos espectáculos en los que coincidíamos. Tantas horas transcurridas en estos viejos teatros. Aquellas pasiones a las que, delante del café, dedicamos buena parte de nuestra conversación. También era invierno. 
No llegamos a fomentar la amistad, pero desde aquella tarde en nuestra casa supe que tenía en él una especie de aliado. Esa extraña complicidad que surge o no surge entre dos personas. Allí surgió, sí, bajo la atenta mirada de la gata y de las mujeres del cine clásico que ambos admirábamos Por eso, porque duele perder a quienes consideramos nuestros aliados, la noticia de su muerte me ha entristecido sinceramente.
Descansa en paz, Alberto. 

Hacer radio

En la cocina de la casa de mis padres, en mi cocina, en el estudio, en la habitación, en el coche, en el tren, en la playa, en las librerías en las que trabajé... La radio siempre está ahí, acompañándome. De día y de noche. Con música o con programas de todo tipo, según el momento. Es pasado y es presente. Es memoria. Es evasión. Es un susurro. Una voz cálida, una voz profunda, una voz reconfortante. El latigazo que te provoca una mala noticia, la euforia que te invade al escuchar una buena. Los paisajes a los que nos transporta una magnífica historia. Una historia bien contada. Una canción que te lleva a la infancia o a un lugar donde fuiste muy feliz. Una voz que tiene el mismo poder. El mundo entero ahí, en ese aparato, a tu disposición. Algo tan sencillo (tan complicado) como eso. 
He visto a grandes profesionales de la radio trabajar en directo. He observado en muchas de esas personas la misma pasión que veo en esas otras personas que se suben a un escenario cada tarde. Les he visto hacer radio -esas dos palabras, hacer radio- con la misma naturalidad con la que respiraban. Tantos momentos. Los conservo todos como se conserva un buen recuerdo o un pequeño tesoro. Esos instantes en los que tú estás dentro de la radio. 
En realidad, señale lo que señale hoy el calendario, los días de radio son todos los días. 

martes, 12 de febrero de 2019

El Oscar para Glenn

Que sí, que sí, Olivia Colman, que estás maravillosa en 'La favorita', que eres una actriz descomunal, que lo de Venecia y el Bafta son tuyos, que no hay serie que se te resista. y blablablá, pero no te acerques al Oscar de Glenn Close, por favor, por favor, que algunos llevamos treinta, TREINTA, años esperando por él. 

jueves, 7 de febrero de 2019

Líneas de tiza

Me das la mano para que te ayude porque estos días, maldita enfermedad, los huesos lastran tus movimientos. No importa que sea invierno o verano: los hospitales siempre tienen esa temperatura a la que nunca termino de acostumbrarme. Entra y sale gente -murmullos en los pasillos, llantos ahogados, fugaces risas nerviosas, la voz ronca de una enfermera que trata de poner orden-, y yo lo único que quiero, ahora que tengo tu mano bien agarrada, es dejar atrás todo eso (como dos presos que dejaran atrás su minúscula celda, libres al fin), decirte que vas muy abrigada, que en aquella terraza el sol va a permitirnos encarar el mediodía. Que el aire es fresco y cálido, que puede que la primavera sea sólo este espejismo, y que ahí fuera no huele a medicamentos ni a puré de zanahoria. 
Y te digo todo eso, traspasada ya la puerta de cristal, bajo un cielo completamente despejado en el que un avión va dejando líneas que parecen de tiza.