martes, 31 de mayo de 2011

María Jiménez

Parafraseando al gran George Cukor cuando dijo aquello de que hay actrices y actrices y luego está Kate (Hepburn), podríamos decir que hay cantantes y cantantes y luego está ella, María Jiménez. Única, irrepetible, volcánica, arrebatada, excesiva, salvaje, grande. Son palabras que le van como anillo al dedo. La melena revuelta, el gesto siempre arrabalero, la voz rota, el sentimiento a flor de piel, los ojos húmedos por la emoción, el alcohol y el (abundante) humo del tabaco rubio. Dale una mesa y allí estará María Jiménez, a mitad de la fiesta, whisky en mano, cigarrillo en la otra, descalza ya, buscando su sitio entre las copas medio vacías, la pierna en alto, el vestido arriba, el micrófono en el escote y el desgarro en la garganta. Otra de las nuestras. Es imposible contabilizar la cantidad de noches en las que, tantos años atrás ya, con el amanecer acechando y la juventud en plena efervescencia, pedíamos una de sus canciones para irnos tranquilos (o más intranquilos aún, ay) a la cama. A la propia o a la de no sé quién que llevaba toda la noche sin quitarnos el ojo de encima. Otros tiempos. Los de los años de la primera juventud: con sus luces y sus sombras (pocas). Qué noches tan locas y tan divertidas. Noches que empezaban a las cuatro de la tarde bebiendo vino malo y se prolongaban hasta el amanecer, dichoso amanecer, con bourbon bueno. Un lunes, un martes, un miércoles, qué más daba. No había que trabajar al día siguiente, y los jueves y los viernes eran los mayores días de fiesta. Con cuatro duros en los bolsillos, nuestros clásicos al fondo y cientos de ideas bullendo por la cabeza, el mundo era nuestro. Oviedo era una ciudad muy diferente a la que es hoy en día. Había más alegría, más esperanza, más ilusión, más risas, muchas más, y más tugurios -de divina decadencia- abiertos. Araceli y yo jugando a ser Ava Gardner, aquella condesa descalza que, según decía la leyenda, no llevaba ropa interior y meaba a su antojo en los pasillos de los hoteles y donde le daba la gana. Ella, la indómita Ava, bebiéndose la vida: como podía, como quería. Sus amores, sus juergas, su rebeldía, su inquietud, sus películas, sus peleas con Sinatra, su brutal belleza y su inmarchitable leyenda. No sé si Ava llevaba ropa interior debajo del vestido en aquellas largas noches de juerga, pero sé que María, en algunas actuaciones, no la llevaba. Así me lo dijeron quienes tuvieron la suerte de verla actuar por aquí, tanto tiempo atrás. Puedo imaginármela. Con su vestido blanco, vaporoso, escotado, transparente, mínimo. Y sin bragas. Tal cual. Leyenda o realidad, ella también podía. Y la que puede, puede. Y punto. "Se acabó porque yo me lo propuse y sufrí...". Hace unos años, con las canciones de Sabina, hizo un disco soberbio: porque se apropió de todas ellas con la fuerza y el talento que la caracterizan. Hoy, quizá, con las de Bunbury (un suponer), haría otro disco memorable. De una diva a otra. Con todas las plumas o sólo con algunas de ellas.

13 comentarios:

  1. me asala cierta nostalgia agridulce al leer estas hermosas líneas,
    aunque sea egoista creo que tus noches largas, intensas y divertidas han dejado paso a este increíble blog

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  2. Cukor, Sabina, Hepbrun...estamos algo cansados de ellos, queremos que se publique tu novela ya!!!!!!!!!!

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  3. Esta mujer como todas las que son excesivas, desbordantes, tremendas... camina en ocasiones sobre el filo de la navaja. Los excesos no son siempre buenos, aunque muchas veces vayan unidos a los genios.
    Impresionante la portada del disco en el que canta por Sabina, para la historia, pero impresionantes también los escándalos, las borracheras, las reconciliaciones... Vamos todo un carácter la Jimenez.

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  4. ¡no me puedo creer que sea tan inmensamente afortunada!
    el viernes 10 llego a Madrid a pasar un fin de semana intenso (espero) y ahora resulta que podré pasarme a que firmes mi ejemplar de El extraño viaje ¡¡¡¡¡es increíble!!!!!!
    está algo más gastado de lo habitual en mí, porque cuido los libros con mucho mimo, pero son heridas de guerra de aquella noche en Plaza Catalunya y estoy muy orgullosa de ellas
    no veo el momento de que me lo firmes y de conocerte por fin, ¿¡y, que pasen pronto los días!
    Montse Grimau

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  5. Gracias Ovidio por este pequeño-gran homenaje que nos haces a todos los que no usamos ropa interior. Hay quien puede considerarlo un hábito poco higiénico, pero hay tanta, tantata grandeza encerrada en esa decisión, es un acto de rebeldía, de liberación, de naturalidad...
    No me pierdo por nada del mundo la cita de este domingo en la feria del libro, haré todo lo posible por no mearte la caseta, ¿o no?, quizás sea una manera de demostrarte mi admiración hacia ti, de marcar mi territorio, de querer poseerte y que fueras solo mío... no sé, quién sabe, ya veremos. Ya la gran Mercedes Milá cantó las alabanzas de orinar en sitios no específicamente diseñados para ello. Nos vemos el domingo. Un beso, guapísimo.

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  6. Siguiendo con el hilo bragas, tengo que recordar aquel dicho almodovariano "hagas lo que hagas ponte bragas", y rogar encarecidamente como mercera que no cunda el ejemplo de esta señora y se sigan usando bragas que las hay muy bonitas. La bragas dicen mucho de la mujer que las porta, así que sigamos usándolas aunque solo sea como elemento erótico.
    Espero poder acercarme a la feria a que me firme mi ejemplar y por favor hable, hable de las bragas que como le digo dicen mucho de quien las porta.
    Un abrazo muy fuerte Ovidio

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  7. Felicidades por tu nueva novela, Ovideo, espero que sea tan maravillosa como todo lo que escribes aunque lo de hoy, ufff, no sé, tanto glamur para acabar hablando de orines y gente sin ropa interior, a mi, que quieres que te diga, me da un poco de asco, igual es que no soy bastante moderna. Me gusta más cuando hablas del amor y cosas así, entonces me enacanta lo que escribes.

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  8. jajajaj que bueno ovidio.
    el otro día en mi cumpleaños me regalaron bragas comestibles. Como lo oyes!!
    Son de ricassss... ñan ñan.
    Tienes que probarlas, seguro que tambien hay slips :))))
    Un besote requetefuerte a ti y tu marido.
    El domingo no estaré en mad para que me firmes :(

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  9. ... subirse las bragas, quitarse las bragas, llevar bragas, no llevar bragas, quemar las bragas, regalar bragas, robar bragas,... un mundo lleno de posibilidades y sugerencias.
    te imagino con esa amiga tuya en las noches locas de Oviedo sin bragas y a lo loco. Que bueno hubiera sido compartir esos locos momentos con vosotros

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  10. HASTA LAS BRAGAS ME DEJARÍA FIRMAR POR USTED!!!

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  11. Lo que dan de sí unas bragas. O su ausencia. Me imagino que tanto a la gran María Jiménez como a Ava Gardner le hubiesen encantado vuestros comentarios.
    Fueron, las nuestras, noches muy locas y muy divertidas: eso es seguro.

    Ovidio Parades

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  12. Yo me acabo de incorporar al seguimiento de este blog.
    Es cierto que en un día lo he recorrido de principio a fin, con avidez.
    Siento ahora que pertenezco a una comunidad especial.
    Buscando siempre encuentras perlas inesperadas como esta.
    Ovidio está siendo generoso y compartiendo tanto lo acertado de sus visiones como la belleza de su letra.
    Basta de banalidades que llenan todo, el compromiso que emana de este blog es poco habitual y debemos felicitarnos por ello.
    Aún nos queda camino por andar, pero este camino lo haremos muy alegres.

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  13. Casualidad o llamémoslo como se quiera, pero el caso es que pinché en el mes de mayo y creo haberme encontrado entre estas líneas, así que solamente espero que vuelva a haber otro momento María Jiménez de los de antaño, seguro que encontramos abierto uno de aquellos tugurios. De momento me marco un baile para ir practicando

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