domingo, 9 de octubre de 2011

Historia de un abrigo

El tejido del abrigo era una especie de ante marrón con borreguillo por dentro. Volvió a ponerse de moda hace unos años, después de estarlo por primera vez en la década de los setenta. Era un abrigo muy setentero, sí. Lo había visto, en su momento, en alguna película o serie de televisión cuya acción transcurría en el Nueva York de aquellos años, los 70. Quizá alguno de los chicos de la mítica serie "Fama" lo llevara puesto en alguna ocasión. El caso es que hace unos años, con ese ir y venir que siempre traen consigo las modas, volvió a ponerse de actualidad. Y me compré uno con el dinero que gané por un relato en no sé qué concurso literario. Pesaba y abrigaba muchísimo. En pleno invierno, podías llevar sólo una camiseta debajo sin pasar nada de frío. Con un gorro y una bufanda de colores que me había regalado mi hermana combinaba estupendamente. Lo estrené un viernes para salir a cenar y a bailar. A mis amigos no les gustó mucho (son más bien clásicos a la hora de vestir, qué le vamos a hacer). Uno de ellos dijo que María Jiménez tenía uno muy parecido y desde entonces el abrigo pasó a llamarse "el-maría-jiménez". Fue testigo de lo mejor de aquellos años. Noches, risas, fiestas, bailes, ausencia de preocupaciones, ganas de hacer cosas, de descubrirlas todas. Si te caías, te levantabas: y eso, caerse y levantarse, por entonces, no costaba apenas esfuerzo. Recorrió las mejores barras de la ciudad (hoy muchas de ellas ya están cerradas, y otras en seria decadencia), los locales donde se tocaba música en directo y también alguna que otra pista de baile que cerraba al amanecer, también ya clausurada. ¿Dónde vas? Al ropero, a dejar "el-maría-jiménez". Siempre ha habido mucha mano larga en la noche, ya se sabe. Mi hermana que, como le había encantado el abrigo, se compró uno muy parecido semanas después: se lo robaron una noche para aparecer a los pocos días en uno de los puestos del Fontán, perdido entre montañas de otras prendas (seguramente, también robadas). Recuerdo muchas de aquellas noches, de regreso a casa, solo o acompañado, con el humo del tabaco adherido al abrigo, con los primeros roces ya inmortalizados en su tejido, el eco de las risas y las músicas, el sabor del whisky y el de ciertos besos, como la gloria y el fin de una época (con sus múltiples luces y también alguna que otra sombra), aunque entonces no lo viésemos así. En ese abrigo, "el-maría-jiménez", está reflejado un paso, el de la juventud a la madurez. O algo así podríamos decir, si toca ponerse serios, aún más serios, que verdaderamente es lo que corresponde con la que está cayendo por todas partes: recortes y más recortes, cerrar el grifo, apretarse el cinturón, qué cansancio. La otra tarde, en casa de mis padres, encontré el abrigo en el fondo de un armario. Su olor, su tacto, las huellas y el recuerdo de todas aquellas noches... Lo metí en una bolsa y lo traje para esta casa. Ahí está, esperando, como casi todos, la calle o el fondo de un armario, que no sé si traerá consigo el olvido. O casi.

3 comentarios:

  1. Precioso Ovidio. Me ha encantado.
    Un beso

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  2. La vida es cíclica, sí, eso creo que lo vamos teniendo claro. Como puertas cerradas y abiertas que se vuelven circulares, de entrada y salida, por donde se cuelan toda clase de fantasías y sueños.

    Y por cierto, por un momento pensé que era 100% real. Me gustó mucho.

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  3. En la aldea le llamabamos"pelliza" a este tipo de abrigo(creo que era un "localismo " muy "sui generis".Yo nunca usé uno así, pero en la aldea recuerdo siendo niño, a un mozo del pueblo que tenía un Ford Mustang amarillo con franjas azules. Cuando llegaba a la "piedara del pan"(donde las señoras esperaban el Land Rover del panadero)la chiquillada en pleno estabamos allí para recibirle. Vestido con pantalones vaqueros de campana, camisa morada con solapas imposibles,zapatos rojos y aquel abrigo de ante con borrego adentro sólo cabia un sonoro grito de admiración(no recuerdo haber visto un automóvil tan grande como aquel;el tiempo pone en su perspectiva también a las cosas. Por supuesto bajaba la rubia imprescindible(el pelo liso,pantalón amarillo-todo culo-de campana y una blusa de colores indescriptible).Era 1975.Todo tiene una explicación. Me alegra saber que conservarás a "maría-jiménez". Salud...os.

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