Sí, son tiempos difíciles. Muy difíciles para algunos. Sobre todo, para los que no tenemos trabajo. El tiempo de las prestaciones por desempleo se va agotando (me imagino que, como siempre, sólo el que ha pasado por ello conoce las verdaderas dimensiones de este estrés, de esta angustia, de estos miedos) y lo que se intuye al final de ese camino no es nada halagüeño. Más bien al contrario. Llevamos meses enviando currículums donde los solicitan (en pocos sitios) y donde no los solicitan, la mayoría. Creo que todas las librerías de Asturias tienen o han tenido en algún momento los datos con mi trayectoria profesional. Mis estudios, mis trabajos, mis publicaciones, mis premios, mis cosas... Y esa fotografía que Íñigo me hizo cuando acababa de quedar al paro y le estaba acompañando en una de aquellas ferias de libros que solía hacer cuando él aún tenía trabajo. Colocar libros en una mesa con cierta lógica es algo que siempre se me ha dado bien. Era invierno y hacía muchísimo frío. Tengo, en esa fotografía, el pelo rapado casi al cero, la mirada a medio camino entre la tristeza, ese pensamiento que uno siente ante las cosas que ocurren negativas de que no es a ti al que le están sucediendo y la esperanza de que aquel momento iba a ser breve. Pues no, no está siendo breve. En absoluto. Ha transcurrido más de año y medio desde entonces y seguimos en las mismas. Meter un currículum en un sobre, escribir una dirección y ponerle un sello, o adjuntarlo en un archivo y enviarlo por correo electrónico. La cosa no es difícil. Sin embargo... Nada. Ni tan siquiera un gracias, un quizá algún día te llamaremos, cualquier acuse de recibo, por escueto o simple que sea. Ya digo, nada. Quizá sean tantas las historias que las empresas reciben que hayan decidido no dar respuesta a algo que, cierto es, no han solicitado. No lo sé. Recuerdo, cuando estaba trabajando, a mucha gente que venía por las librerías (Aldebarán, Trabe: sobre todo en esta última, los malos tiempos ya acechaban de manera inminente) y me dejaba el currículum, por si alguna vez necesitábamos personal. Siempre recogía aquel papel con amabilidad y una sonrisa, y lo guardábamos en una carpeta, nunca se sabe. (Luego, echándoles un rápido vistazo, había de todo, incluso algunos escritos a mano y con numerosas faltas de ortografía, pero ésa ya es otra historia). No hay nada que deba merecer más respeto que alguien que se está ofreciendo para trabajar. Por eso hoy quiero agradecer públicamente a Conchita Quirós, librera por excelencia, el texto que, a modo de carta cariñosísima, me envió ayer por correo electrónico. La mujer que lleva tantos años al frente de Cervantes, librería fundamental en esta ciudad y en nuestras vidas, detuvo su tiempo, entre sus quehaceres y un viaje inminente, para dedicarme esas palabras llenas de apoyo, aliento y sinceridad. No son buenos tiempos para nadie. Sin embargo, ese gesto, el de detener su tiempo y dedicarme esas palabras, hace que las cosas, en el fondo, no estén tan perdidas. Eso quiero pensar esta mañana de viernes. Siempre hay alguien que escucha, que agradece y que da la cara, aunque las circunstancias no estén, por desgracia, para ayudarte en tu búsqueda incansable. Queda la palabra, la educación, el gesto, el detalle. Y quedan, con ello, en mí, en nosotros, las ganas de no tirar la toalla, de seguir luchando, resistiendo. Un poco más. Pese al cansancio.
Buffff
ResponderEliminar"Hard times come and hard times go" dice Bruce en su último albúm y, yo estoy segura de que será así. Esto es cíclico. Yo recuerdo en el colegio, en los 80 cuando se empezo a hablar de reconversión industrial. En mi casa, no se ha vivido nunca sin trabajo porque mi padre era funcionario, pero si viví el fantasma del paro entre las familias de las compañeras y te aseguro que a mi de aquella me daba mucho miedo. Es muy duro levantarse cada mañana sin saber si será un nuevo día infructuoso, pero es más duro levantarse sin tener algo por lo que luchar, y en esa lucha estamos todos.
Mucho ánimo, que los buenos tiempos llegarán. Besos
Siempre hay algo por lo que luchar: la propia vida. No abandones, al final encontrarás la salida, cuando menos te lo esperes... Quizá, en esta ocasión, venga de la mano de tu próxima novela.
ResponderEliminarOvidio, acabo de saber de ti en el blog de Antonio Muñoz Molina, que abandoné hace tiempo pero al que por singulares y desagradables motivos debo incorporarme hasta que el temporal amaine.
ResponderEliminarYo también soy de Oviedo, aunque llevo cincuenta años viviendo en esta inmensa ciudad llamada Madrid, a la que venero por su grandeza singular. Y, aunque soy arquitecto, llevo mucho tiempo escribiendo. La suerte ha hecho que haya sido finalista tres veces en el Concurso de Cuentos Max Aub. Muchas coincidencias que de un modo u otro nos acabará aproximando.
Un abrazo y aquí me tienes. En general procuro no fallar a la gente porque no concibo la vida con pretextos.
José Cancio
Estoy de acuerdo con esta frase:" No hay nada que deba merecer más respeto que alguien que se está ofreciendo para trabajar".Un profundo respeto que viene de la empatía, del saber ponerse en el lugar del otro, para tratar de comprender ese momento concreto por el que está atravesando.No se pueden dar consejos,ni palmadas en la espalda,ni aludir a la pinche crisis, como un consuelo inmediato.La solidaridad viene también de gestos, de miradas y del tiempo que uno está dispuesto a emplear en atender esa demanda.¿Quién no ha necesitado ayuda alguna vez?¿Quién no se ha sentido reconfortado por un trato digno y alentador?La esperanza se "riega" con destellos de humanidad.Confío en que esta larga búsqueda tenga la compensación del hallazgo anhelado.Espero que la autoestima no se vea afectada, y que la desespenanza no se instale en vuestras vidas.Ánimo y coraje, amigos.
ResponderEliminarHola Ovidio.
ResponderEliminarSoy una más de los cinco millones largos de personas que formamos las horrorosas filas del paro y seguidora tuya. Junto con otras cuatro compañeras hemos formado en Facebook el grupo " Asturias por el empleo " desde el que tratamos de ayudar a todo el que lo desee en esta incansable lucha por un puesto de trabajo. Subimos al muro todo cuanto se mueve en nuestra tierra en forma de ofertas en red, en prensa, de la calle, ayudamos con dudas profesionales, académicas..incluso personalizamos las búsquedas haciendo llegar a los interesados aquellas ofertas que les pueden encajar, y lo más importante,nos apoyamos unos en otros en esta etapa de luces y sombras por las que estamos atravesando en los momentos de bajón que son muchos e inevitables
Te dejo el enlace del grupo y te invito a visitarnos :
https://www.facebook.com/groups/asturiasporelempleo/
Ánimo, yo estoy convencida de que, como dijo en una ocasión Concha Velasco " también esto pasará"