viernes, 23 de octubre de 2009

De libros y paraísos

Ayer, en la presentación del nuevo libro de José Luis García Martín, "Hotel Universo", se habló, entre otras cosas, de literatura, de viajes, de las pequeñas historias que esconden en su interior grandes historias, de la magia de las palabras, de la dificultad de atraparlas y de darles la forma deseada. También se evocó al paraíso, con aquella idea de Marcel Proust de que los auténticos paraísos son los que hemos perdido flotando -inevitablemente- sobre todas las demás ideas. Y del público, claro, también se mencionó al auténtico destinatario de las palabras de todo escritor. Hay un momento mágico, casi sagrado, cuando una persona entra en una librería, observa, curiosea, acaricia los libros, y, finalmente, escoge uno, ese libro, su libro, entre todos los demás libros, buenos y malos, y se lo lleva, ilusionada, debajo del brazo. Algunas personas, las más nerviosas, curiosas o impacientes, cuando salen por la puerta de la librería, sacan ya el libro de la bolsa y caminan, ensimismadas, hojeando las primeras palabras de ese tesoro recién adquirido. Me reconozco en esas personas. Ahí, sí, en ese instante, no hallamos paraíso superior. No cambiaríamos ese momento por ningún otro. Aunque, después, el libro nos decepcione: ese momento es único. Y será así, único, cada vez que volvamos a entrar en una librería y nos hagamos con un nuevo libro. Al público no se le engaña. El público decide. Para él, como decía García Martín, se escribe. Y el escritor inteligente lo sabe.

1 comentario:

  1. El paraiso es siempre perdido, es la esencia y condicion del paraiso. No solo para Proust.

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