Los americanos son únicos haciendo series de televisión. En apenas media hora, consiguen contar varias historias, hacerlas creíbles sin que sobre ni falte ningún detalle o explicación. Cuentan (casi) siempre con unos guionistas magníficos, unos actores curtidos en mil batallas y unos directores que no consideran en absoluto que eso que están realizando sea un trabajo menor. Podría poner miles de ejemplos que ya están ahí, en la historia de la televisión, y que me han acompañado a lo largo de todos estos años, pero pondré sólo uno hoy, el de la serie que me ocupa estos días de vacaciones forzosas, "Nurse Jackie", cuyos capítulos me estoy devorando velozmente. Se desarrolla en Nueva York y cuenta las peripecias personales y profesionales de Jackie, la enfermera del título, en el departamento de urgencias de un hospital de la ciudad. Sus comeduras de cabeza, sus problemas con las dos hijas pequeñas que tiene, su adicción a los tranquilizantes, sus relaciones con los demás, sus vaivenes entre su marido y su amante, un compañero de trabajo que le proporciona algunas dosis de esos tranquilizantes. La protagoniza Edie Falco, famosa por su intervención en "Los Soprano" y buena conocedora de las tablas teatrales. Una actriz espléndida que da vida a una mujer común y corriente, con sus problemas y sus satisfacciones. Muchos de los capítulos están dirigidos por el actor Steve Buscemi, quizá vengan de ahí algunos de sus momentos menos políticamente correctos. El caso es que se trata de una serie magnífica, altamente recomendable, con historias reales como la vida misma, con momentos tristes o hilarantes, en la que todos, por unas razones u otras, nos podemos reconocer.
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