Aunque, dadas las circunstancias y los tiempos, intuías que podía pasar, no te imaginabas que la noticia llegase así, de repente, de un modo tan precipitado, de hoy para mañana. La vida tiene esas cosas, carece de término medio, no entra en demasiadas razones ni consideraciones. Hoy estás arriba. Mañana, abajo. Hoy, aquí. Y mañana sabe dios dónde. Hoy me toca a mí. Y mañana te tocará a ti. Ayer le tocó a unos cuantos, ya lo sabemos. Ese es el juego, la apuesta, el riesgo. Vivimos en unos tiempos difíciles, muy difíciles, realmente. Los que trabajamos cara al público y, además, recorremos las calles, todas las calles, de una punta a otra, de la ciudad, de las ciudades, bien lo sabemos. No hay demasiada ilusión en los rostros de las personas. Hay miedo a comprar, a entrar en un bar, en una tienda, en una librería. Hay temor a gastar el poco dinero que queda libre. Esa es la sensación que tengo. Qué sabes lo que puede suceder mañana. Quién lo sabe. Ese mañana está aquí, ya, para algunos. Para mí también. Otra librería que cierra. La mía, Trabe, en la que llevo tres años trabajando. Tres años llenos de muchas cosas. Tres años maravillosos en lo personal. Y gratificantes en lo laboral. Qué triste desenlace. Cuando uno empieza en un nuevo trabajo, un trabajo que le gusta, como es mi caso (amo la literatura y amo el contacto con la gente, ofrecerle a cada uno lo que considero más apropiado para sus gustos), lo hace lleno de sueños, de ilusiones, de expectativas. Y así ha sido, sin duda. La crisis, ay, la crisis. Me voy de esta librería, Trabe, que echa el cierre. Y me llevo la satisfacción del trabajo bien hecho. El haber encontrado a dos personas estupendas, Esther y Samuel, mis queridos compañeros durante todo este tiempo. Me llevo el recuerdo de la complicidad de todas esas tardes, debatiendo sobre unas cosas y otras, sobre lo humano y lo divino. Las risas, los quebraderos de cabeza, el apoyo mutuo, las botellas de vino que nos hemos bebido en días señalados, las entusiastas apuestas a diferentes loterías y el cariño sincero que surgió y que está ahí, inamovible. También me llevo los estupendos momentos compartidos con Nati, la chica que se parece a Marisa Paredes y que limpia la librería dos días por semana, lunes y jueves, al final de la tarde. Conocer a Nati, toda una superviviente, con su voz bronca y su alma tan loca y tan cercana, ha sido otro magnífico regalo de la vida. Me llevo todo eso, que ya está en un lugar bien destacado de mi corazón. Me llevo todo eso y me voy. Me iré el 31 de diciembre, dejando atrás este año tan fructífero (la boda, la publicación de mi libro, el cariño demostrado por tanta gente...) y una etapa de mi vida. Tres años están compuestos por muchas horas, por mucho trabajo, por mucha dedicación. Me quedo sin trabajo a punto de cumplir cuarenta años. Así son las cosas. Y así, salvando las distancias, puedo decir aquello que decía la gran Bette Davis en su mítico anuncio para un periódico de los años 50: Actriz, con dos Oscar y muchos años de experiencia, busca trabajo. Pues eso, aunque no tenga -aún- esos dos Oscar.
El show debe continuar, ¿no era así?
Nunca estuve fisicamente en la libreria, pero quizas en mi imaginacion, por tus comentarios, por tus fotografias, la conoci, si una pena todo lo que esta ocurriendo con la PUTA crisis, pero una cosa Ovidio, ni crisis, ni nada, nos quitara los recuerdos de las cosas vividas, si los perdemos, entoces si que se acabo todo, animo amigo y sigue soñando, besos, Luis
ResponderEliminarAnimo Ovidio,
ResponderEliminarTodo pasa por algo, yo estuve siete meses en el paro entre el 2.008 y el 2.009, larguisimos siete meses, para finalmente encontrar el mejor trabajo que he tenido y haya podido soñar, a ti te pasará lo mismo!!!
Ovidio, no tenia ni idea... lo siento un montón, pero como te dicen por arriba, "nunca llovio que no parara". ojala encuentres algo pronto y sobre todo, ojalá sigas escribiendo. besinos Maria
ResponderEliminarUna perda pal barriu nel que espoxigué... Torné pa visitar la to llibrería unes cuantes vegaes, dende Xixón, ya siempres contentu cola vuesa esbilla ya la vuesa amabilidá. Echaráse-vos de menos.
ResponderEliminarTou l'ánimu pal futuru (oxalá que seya no cultural, como nestos años) ya, so toles coses, más ánimu pa siguir cola to escritura. Gracies pola xera.
Fran Molinero.