[Este texto no es una crítica. Se trata tan sólo de las impresiones que me produjo 'Los destellos', extraordinaria película de Pilar Palomero que está a la altura de la historia de Eider Rodríguez en la que se basa, y contiene algún spoiler, aviso por si acaso]
Hay silencios, hay miradas, hay gestos, hay pocas palabras. Hay amor y hay dolor. Hay vida y hay muerte. Hay bondad, hay ética, esas palabras. Hay personas que saben ponerse en los zapatos del otro. No hay preguntas, no hay reproches, no hay demasiadas explicaciones (no hacen falta). Hay intérpretes de primer orden (los cuatro personajes lo son, con una Patricia López Arnaiz superlativa). Hay paseos al atardecer que estremecen por todo lo que significan. Hay una piedra con forma de foca y un perro tan enorme como cariñoso. Hay una cena, previa a la despedida, donde se ríe, se cena tortilla de patatas y vino y se canta 'A tu vera' por debajo de la voz de Lola Flores. Hay, finalmente, serenidad. Y una hermosa luz que envuelve la serenidad y el rostro de Patricia López Arnaiz, Concha de Plata a la mejor interpretación en el pasado festival de San Sebastián.
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