No suelo escribir de las películas que no me gustan, pero como no hay cosa que me moleste más que perder el tiempo y, de paso, el dinero, hoy toca decirlo: no me ha gustado nada 'La sustancia'. Burda, tosca, sin rastro de sutileza. Eso es, precisamente, lo que más me ha molestado: la falta de sutileza. Como un desatado Brian de Palma sin gota de gracia (cuando Brian de Palma se desata tiene esa gracia setentera/ochentera con la que, por los menos, te ríes, algo es algo). ¿Es necesario todo ese desagradable gore -gore y más gore- para denunciar la injusticia de las actrices cuando llegan a determinada edad? Hay otras maneras, otras formas, otros caminos. Recordemos la brillantez e inteligencia de John Cassavetes para abordar el mismo tema en la imprescindible 'Opening night'. No entiendo tampoco el revuelo por Demi Moore, que está correcta y punto. Margaret Qualley sale airosa del asunto, y Dennis Quaid con sus asquerosos dientes y su asquerosa grosería parece un personaje de 'Pobres criaturas', la peli de Yorgos Lanthimos.
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