Es muy íntima la conexión que se establece entre la persona que se está muriendo -muerte elegida, dada la magnitud y lo irremediable de la enfermedad, en el caso de Martha, la protagonista de 'La habitación de al lado'- y la persona que la cuida y la acompaña en ese dificilísimo trance. No hablo de pañales, desnudeces o comida que se derrama cuando tiembla la mano, que también es otra clase de intimidad, sino de algo más profundo, más hondo, más poético. La última poesía antes de la desaparición definitiva. El último acto poético en este caso entre dos amigas, Ingrid y Martha. La nieve que cae inesperadamente, la cultura (cine, música, arte, literatura...) que une y ayuda en determinados momentos, los abrazos que aquí no están rotos sino que reconfortan, las palabras que alivian, los silencios cómplices, la amistad inquebrantable. Todo esto nos cuenta la última película de Almodóvar. Además, como se sabe, de una defensa de la eutanasia cuando la vida ya no merece la pena ser vivida según la persona -Martha, en este caso- desahuciada. Ella, Martha, viene a decir algo así como que la gente debe comprender que esa decisión que ella ha tomado es también una forma de lucha. Otra forma de lucha. Y así, evidentemente, debe ser comprendido por la sociedad. Cada uno es dueño de elegir la manera de morir cuando la vida resulta insoportable. No es una obligación, es una decisión. Este es el mensaje, en medio de la poesía y la nieve que cae inesperadamente, que quiere transmitir Almodóvar a través del personaje de Tilda Swinton. La decisión personal. La más personal.
sábado, 19 de octubre de 2024
'La habitación de al lado', bellísimo poema
Tilda Swinton y Julianne Moore, que tiene el papel más complicado de la función, componen desde el primer minuto una de esas parejas femeninas inolvidables dentro del mundo cine. Sus rostros, silenciosos y tan diferentes entre sí, juntos en primeros planos, son portadores de una belleza y una emoción difíciles de olvidar. La piel y el silencio. Las pieles y los silencios. Y esa especie de hermosísima conexión que existe, en este caso, entre dos mujeres. Dos amigas que deciden emprender el viaje más complejo y decisivo de sus vidas. Atrás queda el ruido.
La extraordinaria música de Alberto Iglesias, los homenajes a James Joyce y a John Huston (tan bien introducidos), el núcleo de la novela ('Cuál es tu tormento´) de Sigrid Nunez en la que se basa la película y esa casa que arde y que es una metáfora de tantas cosas, de tantas realidades: todo ello contribuye a hacer de esta obra una obra mayor dentro de la filmografía de Pedro Almodóvar. Un poema visual repleto de serenidad al que nada le sobra y nada le falta. Y regresa la nieve y el silencio definitivo.
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