Septiembre siempre es una incógnita. Septiembre y todo lo que viene después. El verano ha sido largo y complicado. Aunque no tanto como el del año pasado, todavía camino a tientas, agarrado del brazo de quien me sostiene incansable desde que mi madre se fue. Comienzo este septiembre leyendo unas palabras de la escritora Sigrid Nunez (de quien acabo de terminar 'El amigo', tan fascinante como 'Cuál es tu tormento'): "De alguna manera, ver morir a alguien es una historia de amor". Y, aunque resulte doloroso, estoy de acuerdo. Hay que ser muy valiente, pienso con la perspectiva de los meses transcurridos, para vivir esa historia de amor a la que se refiere Nunez. Aparte de esa valentía, hay que sentir un amor desmedido por la persona que se está despidiendo de este mundo. Creo que por eso nos cuesta tanto volver a ser nosotros mismos, si es que alguna vez lo logramos, después de ese complicado tramo. Septiembre ya no tiene la emoción de otros años, ¿qué sucederá en esta especie de nuevo año que hoy empieza?, pero no importa demasiado. Si algo importa, es que ese ligero aire que entra en esta habitación al abrir la ventana aún me reconforta en cierta medida. La incógnita de septiembre, si es que en algún momento lo hace, ya se irá despejando poco a poco, día a día. Sin mayores planteamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario