lunes, 29 de julio de 2024

Edna O`Brien

Ha muerto Edna O'Brien. El 27 de julio, el mismo día que Mísia (también este sábado) y Sam Shepard (en 2017). No lo tuvo fácil Edna. Nacida en un pueblo irlandés, en 1930, pronto fue repudiada por hablar del deseo femenino en su primera obra. Sus memorias, 'Madre Irlanda' y 'Chica de campo' (más poético y completo) son una auténtica radiografía de las dificultades por las que tuvo que atravesar. Posteriormente, su marido, celoso por su éxito literario, la abandonó con dos hijos que sacó adelante ella sola. Aunque no es nada nuevo, sigue removiendo el cuerpo este tipo de actitudes. Edna se aferró a la escritura y salió adelante. Construyó una carrera importantísima (lástima de Nobel, para la que alguna vez fue propuesta), que, manteniendo su incuestionable relevancia, va más allá de la célebre trilogía sobre las chicas de campo ('Las chicas de campo', 'Las chicas de ojos verdes' y 'Chicas felizmente casadas'). Hay, junto al tomo de memorias 'Chica de campo', tres libros imprescindibles para comprender su mundo literario (y que son los que, particularmente, más me gustan). 'La luz del atardecer' (el primero de los suyos que leí y que hoy se encuentra descatalogado), donde narra las relaciones -secretos y desavenencias- entre una madre enferma y su hija. 'Objeto de amor', un volumen de cuentos prodigiosos, seleccionados para Lumen por la escritora Marta Orriols (poco se habla de ella, por cierto) y protagonizados por mujeres. Escribe O`Brien: "El amor es como la naturaleza, pero al revés: primero vienen los frutos, luego las flores; al cabo de un tiempo parece marchitarse y finalmente cala hondo, tan hondo que nadie lo ve, y a menudo morimos con ese amor secreto escondido dentro de nosotras". Y, por último, una deliciosa novela corta, 'Noche', donde, con ecos de James Joyce (de quien escribió una biografía, así como otra de Lord Byron, que acaba de reeditar Cabaret Voltaire), una mujer repasa su vida en una noche de insomnio.

Hay más libros (que ojalá se traduzcan y reediten), pero estos tres (junto al volumen de memorias 'Chica de campo') resumen a la perfección su mundo narrativo. La delicadeza, la sutileza, y ese modo poético y firme de enfrentarse a cualquier tema. Impresionante legado.
Hay que seguir leyendo (y reivindicando) a la señora O`Brien.

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