domingo, 28 de noviembre de 2021

Te recuerdo, Almudena

Recuerdo, Almudena, el trueno de tu voz en aquellas noches de Onda Cero, a principio de los noventa. Y la risa, tan llena de humo y expectativas. Recuerdo a Lulú deambular por los paisajes que no habían podido recorrer sus madres y sus abuelas. Y recuerdo el final de aquella novela: "Abre los ojos, Lulú. Sé que no estás dormida". Siempre nos quedarán las ganas de ver a Ángela Molina en la piel de aquel personaje. Recuerdo a Malena, a las mujeres que hacían atlas, los aires difíciles y el lenguaje de los balcones. Recuerdo la proeza de 'El corazón helado'. Y 'El lector de Julio Verne' y 'La madre de Frankenstein', que me parece la mejor novela de los episodios de esa guerra interminable que tan bien conocías y a la que dedicaste tanto esfuerzo y trabajo. Recuerdo a Pablo Texón entrevistándote en el mismo escenario donde yo había hecho lo mismo con Elvira Lindo. Recuerdo leerte los lunes y los fines de semana. Recuerdo de mi añorada época de librero a las mujeres que venían por la librería hablando con entusiasmo de tus libros. Recuerdo también haber envuelto muchos de tus libros de regalo en aquellos días que ya no volverán. Recuerdo encontrarte una mañana de domingo, muy temprano, caminando con tu marido por la calle Fuencarral. Recuerdo que escribí una reseña de 'Los besos al pan', que es una novela cuyo entramado me gusta mucho, vidas contemporáneas de gente normal y corriente, a pie de calle, toda esa lucha. Y recuerdo tus libros en una maleta, camino del sur. Así te imagino, Almudena: camino del sur, entre risas y palabras. En ese lugar donde nos hoy nos gustaría estar, lejos de este frío y esta lluvia interminable y la triste noticia de una muerte tan injusta. 

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