viernes, 3 de abril de 2020

Brando y la sexualidad

Escribía ayer Pedro Almodóvar en un artículo que el albañil de 'Dolor y gloria' no existió en la realidad (aunque, todo hay que decirlo, quede muy poético en la película), que su despertar a la sexualidad fue con Warren Beatty. El mío, ya sé que no soy muy original (nunca me gustó Beatty), fue con este tipo que hoy, allá donde esté, cumple 96 años. La camiseta, claro. Y los labios y la mirada turbia y todo eso, pero también algo más que, evidentemente, comprendería años después: aquella vulnerabilidad que había detrás de la máscara, la camiseta y los incuestionables atributos físicos. Aquella especie de tormento y fragilidad, de miedo y desnudez. Aquella manera de reclamar afecto sin pronunciar una sola palabra. Eso, sin saber describirlo entonces, fui lo que aquel niño descubrió viendo una película con su madre cualquier noche de sábado y que enseguida supo que era un secreto que no debía compartir con nadie. Pero ésta ya es otra historia.  

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