Son muchas las escritoras que llenan las estanterías de mi casa con sus libros, las paredes de mi estudio con sus fotografías, las horas del día y de la noche con sus historias. Mujeres a las que leo y releo constantemente. A las que les debo buena parte de lo que soy como hombre y como escritor. Podría poner aquí sus nombres, españoles y extranjeros, y sería sin duda un bonito homenaje, pero necesitaría diez espacios como éste para no dejar a nadie en el tintero. Sirvan estas breves palabras como recuerdo y agradecimiento a todas ellas. Las mismas palabras que escribiría mañana y pasado mañana y dentro de un mes, de un año o de siete.
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