Mi madre cumple hoy 69 años. El mejor regalo que se le puede hacer es invitarla a comer. Aunque es una buena cocinera, huye de los fogones en cuanto puede. Por eso he preparado bacalao y flan de huevo, dos de sus platos favoritos. Miro hacia atrás y el camino a su lado es tan positivo que ninguna de las enfermedades con las que hemos tenido que aprender a convivir logra oscurecerlo en modo alguno. Miro hacia delante y sólo veo cazuelas con bacalao y grandes platos con flan de huevo. Muchas cazuelas de bacalao, muchos platos con flan. Vivir con miedo siempre es un asunto de cobardes.
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