martes, 10 de abril de 2018

Te vas, Francesca

Te vas, Francesca, en esta tarde de abril, que no sé si es el mes más cruel pero lo parece. Te vas, con movimientos silenciosos y elegantes, que son tus movimientos de siempre. Te vas, sí, mirándome a los ojos como se miran dos seres que no necesitan expresarse en el mismo lenguaje para entenderse. Te vas, hoy, después de enriquecer nuestras vidas durante nueve años. Te vas, cansada ya de tu enfermedad pero luchando hasta el final. Te vas, y tu imagen no será la de esta partida (tan triste), sino la de tantas mañanas, tardes, noches y madrugadas compartidas. (Ah, la complicidad de nuestras madrugadas). Te vas, y el eco de tus maullidos y tu sombra al recibirnos cada amanecer o cada vez que regresábamos a casa, permanece. Te vas, gatina, te vas, pero te quedas -luminosa, radiante, decididamente única- en cada rincón de esta casa. Y en la memoria de ambos, tus compañeros de viaje, hasta que resista. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario