jueves, 29 de septiembre de 2016

Resaca

Mientras los ancianos socialistas braman, nos cuentan las batallitas del bisabuelo Cebolleta, se olvidan por completo de sus votantes, devoran al hijo y le entregan tan ricamente el gobierno al señor del plasma, mientras Rita sigue durmiendo (un rato, un minuto, un siglo, pero que todos sepan que no ha muerto: sólo que va a cobrar un poquito más) y esperamos a que llegue Susana, como una ola, envuelta en espuma blanca y rumor de caracola, yo me refugio donde siempre (libros, músicas, películas, teatros...), sin fuerzas y sin entender ya casi nada, hasta bajarme, creo que definitivamente, en la próxima estación, la misantropía.

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