domingo, 31 de enero de 2016

El cumpleaños de Asmaan

Asmaan es una mujer alta, negra, bellísima, inteligente. La conocí hace muchos años. Hacía pocos meses que había conocido a Íñigo y aún trabajaba en la librería Aldebarán. Él pasaba a recogerme al mediodía y nos íbamos a tomar unos vinos al local que ella, Asmaan, regentaba. Un local que, por cierto, nunca volvió a ser el mismo sin ella. Todo el mundo la miraba porque era realmente una mujer que parecía sacada de una película o de una revista de moda. Se movía con soltura y naturalidad entre aquellas miradas. Y atendía a la clientela con una profesionalidad exquisita. A partir de aquellos gloriosos mediodías (Íñigo y yo tan ilusionados con aquella historia que estaba comenzando, que nos trajo hasta este día), nació nuestra amistad con ella. Dulce, cariñosa, atenta, Asmaan celebra hoy su cumpleaños. De ahí que escriba estas palabras. Y porque me gusta charlar con ella, encontrarla inesperadamente por la calle, besar su piel suavísima, abrazarla fuerte y desearle, como siempre, lo mejor. Que es lo que se merece. Así se lo dije, el otro día, en uno de esos encuentros inesperados en la calle, en medio del frío y la amenaza de lluvia, donde ella, con su gorrito de lana, volvía a lucir como lo que es: una mujer espectacular. En todos los sentidos. Felicidades, querida.

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