martes, 5 de enero de 2016

Cumpleaños

Las ganas de volar, de crecer, de no convertirse en una mujer convencional o amargada. Huir, sí, pero sin abandonar los pies de la tierra o de las raíces. Perseguir sus sueños y ayudar a los demás a perseguir los suyos, que es algo tan importante como intentar atrapar los propios. Una mujer alegre, luchadora, generosa, divertida. Con carácter, si le tocan las narices más de la cuenta (nunca faltan las personas estúpidas). Aquel bebé que yo tuve en brazos a mis cinco años es una mujer que hoy cumple treinta y nueve años. Ah, el tiempo: gran escultor, como escribió la Yourcenar. Cientos de fotografías pasan por mi cabeza mientras escribo esto. Lo lógico es que me quede con una de esas en las que, a pesar de las cicatrices que se arremolinan, de las (hermosas) arrugas que avasallan, está sonriendo. Mi hermana. Lo lógico -si es que esta vida tiene algo de lógico, que ya no sé yo- es seguir en el camino con una de esas sonrisas que borran de golpe, aunque sea por un rato, todas las adversidades, todos los contratiempos. Felicidades, querida.  

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