Vengo del centro de salud.
Hoy me levanté con el ojo izquierdo, entre rojo y morado, muy hinchado, como si me hubieran dado un buen puñetazo (que no me dieron). Y el cuerpo machacado como si hubiese bebido todo el whisky de Kentucky (que no bebí). Aunque me resisto a pisar esos centros que tanto me recuerdan a mi madre, no me quedó otra opción. Conjuntivitis provocada por un virus. Molesto, pero nada grave. Cuento todo esto para que quede constancia de la amabilidad y profesionalidad de la enfermera y el médico. Viva la sanidad pública y quienes la defienden.
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