La Santa fue un lugar muy importante para mí. Lo fue durante muchos años. Creatividad, diversidad y libertad. Esas fueron las señas de identidad más destacadas de un local único, emblemático, que el tiempo ha convertido en icónico. Todos éramos jóvenes y teníamos ganas de hacer cosas. Escribir, pintar, actuar, cantar, diseñar... Crear. Hacer desde la nada nuestro propio proyecto. La vida por delante y las ganas de comernos el mundo. Aunque conocíamos los versos, todavía desconocíamos el pleno significado de aquel envejecer, morir, como único argumento de la obra. Eso aún quedaba muy lejos. La música sonaba y los besos eran intensos y fugaces. Cada noche era una fiesta diferente. Y allí estábamos, hablando de nuestras ideas, de nuestras lecturas, de nuestras perspectivas. Y bailando hasta que las luces se encendían y al otro lado de la puerta ya hacía rato que había amanecido. Pásame el abrigo, apura la copa, apaga ese cigarrillo, ¿dónde está mi bufanda? Esperando el porvenir, como diría Martín Gaite. Esperando la recompensa a nuestros trabajos. Esperando el amor. Todo iría llegando poco a poco, variadas decepciones incluidas, pero eso entonces no importaba (ni siquiera contábamos con ellas). Lo que contaba era estar allí. Sentirnos únicos, sentirnos diferentes. Con la cara por delante y sin tonterías. Las tonterías y los malos rollos siempre se quedaban a la puerta del local. Marca de la casa.
viernes, 4 de abril de 2025
Fiesta en La Santa 2025
Este sábado, Yolanda Lobo ha ideado una fiesta para recrear aquellos gloriosos tiempos. La idea es buena, aunque la nostalgia, siempre perversa y caprichosa, lanzará algún que otro zarpazo. Tratad de esquivarlo o concededle menos de cinco minutos. Deseo que lo paséis bien, que aquel espíritu regrese esa noche. No estaré allí porque no tengo el cuerpo para demasiada fiesta. La ausencia de mi madre sigue pesando mucho. Mi yo de entonces sí estará. Y se reirá con vosotros, con vosotras. Como entonces.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario