Está bien, muy bien por momentos, pero tengo la sensación de que falta algo. No hablo de morbo. No es difícil imaginar ciertas cosas, aunque no se mencionen o se mencionen de pasada. Me refiero a algo más completo y más complejo. A lo oscuro y a lo rutilante. A lo que se esconde y a lo que brilla como ella misma sobre un escenario. Ahí puede estar una parte de lo que apunto: no se hace demasiado hincapié a todas las giras realizadas a lo largo de varias décadas por todo el mundo. ¿Quizá no había mucho material o no se tenían los derechos? Puede ser. A sus trabajos teatrales, televisivos, discográficos y cinematográficos más allá de los tópicos ('Cabaret', 'New York, New York' y el mítico concierto 'Liza with a Z')). Se habla de las adicciones como si un mes estuviese puesta de todo, ingresase en Betty Ford, y ya está. No se profundiza demasiado en temas esenciales. No se menciona el sida y todo ese lado oscuro de los gloriosos 70 y 80. De Studio 54 dice que no quiere hablar. Billy Stritch y Pet Shop Boys no aparecen por ningún lado. Y Sinatra y Sammy Davis asoman un minuto. Tampoco hay alusión a esos innumerables pasos que van de la juventud a la vejez. Parece que viviese los 70 y 80 y ya fuese la anciana actual. Cuatro imágenes de cinco décadas y ya. Definitivamente, una hora y media de documental es muy poco para una vida tan larga, tan fructífera, tan brillante y tan excesiva en todos los aspectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario