jueves, 25 de abril de 2024

Serrat, merecido Premio Princesa de Asturias

Serrat. Sus canciones siempre han estado asociadas a momentos destacados de nuestras vidas. Cuando un amor no nos correspondía; cuando una relación de amor o de amistad se terminaba; cuando un ser querido se iba; cuando estábamos nostálgicos sin un motivo concreto; cuando no nos apetecía ir a clase; cuando las infecciones de garganta volvían a hacerse presentes; cuando viajábamos a otra ciudad para leer un libro delante del mar, que no era el Mediterráneo de su canción, ese era el mar que tocaba por el verano. Retazos de un tiempo que nos conforma pero que se ha ido quedando atrás, como tantas otras cosas. Sin embargo, sus canciones permanecen. Y lo hacen porque son clásicos indiscutibles. Canciones que a veces llegaban a nuestros oídos a través de las ventanas abiertas, por las escaleras del edificio donde vivían los abuelos o en nuestra propia habitación desde aquellos vinilos que conservamos como oro en paño. "En bragas leíamos a Colette y al anochecer salíamos a besar a los extraños", dice Blanca Riestra en su libro, "Pregúntale al bosque" (Pre-textos). Si cambiamos esas bragas por cualquier otra prenda y a Colette por Marguerite Duras (por decir), ahí estaba yo. Salíamos a besar a los extraños, sí, y después, al día siguiente, poníamos los discos de Serrat. Aquella voz nos reconfortaba. La melancolía de alguna de sus canciones nos hacía olvidar aquellas otras, las nuestras. Hasta que, como Blanca Riestra, volviésemos de nuevo a besar a los extraños. Hasta que uno de aquellos extraños dejase de serlo.

Si tuviera que escoger una sola de sus canciones, no sabría elegir. Su repertorio es tan extenso, tan rico y variado que supondría un verdadero problema. Para qué escoger. Cada una de sus canciones va asociada a un estado de ánimo, a una copa de vino, a una conversación, a un momento, a cientos de momentos. Es lo que tienen los clásicos. Las canciones que permanecen, que le ganan el pulso al tiempo. Me estremece "Mediterráneo" (también la versión que hizo Lolita para la película "Rencor", con esa voz suya tan honda y característica), "Palabras de amor", "Lucía", "Cantares"... Qué sé yo. Son tantas. Tantos años dedicado a la música dan para mucho. Para mucha genialidad en su caso. Golpe a golpe, verso a verso. Como vamos todos componiendo toda esta complicación. Lo raro, sí, que es vivir. Que sigue siendo. Y, viendo lo visto, lo que nos espera. Pero no quiero hablar hoy de cosas negativas. Porque hablando de Serrat sólo se puede hablar de poesía. De esa poesía que está en la vida cotidiana y que él ha sabido rescatar tan sabiamente para ponerle música. Para ponerle un poco de sentido a nuestros desbarajustes. Y a la sinrazón de algunos de ellos.
Serrat, más que merecido Premio Princesa de Asturias de las Artes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario