sábado, 22 de diciembre de 2018

Entresijos

Toni Rodero lo captó y lo dijo en la presentación de 'Mujer en el bar' en Gijón. Yo no se lo había dicho a nadie, excepto a Íñigo. Mi idea, según escribía los cuentos, era crear una especie de mosaico que representara una serie de vidas que transcurren en una pequeña ciudad. Sí, un poco a la manera de las 'Vidas cruzadas' de Robert Altman (con todos los respetos por el director y por el autor de las historias, el señor Carver). Salvo un par de historias, ninguna tiene un nexo de unión entre ellas. Sólo eso: personajes cotidianos (mujeres, mayoritariamente) en una pequeña ciudad que puede ser cualquier ciudad pequeña. Y los conflictos a los que la vida aboca a esos personajes, como si una cámara invisible (la escritura) atrapase sus preocupaciones, sus sentimientos, sus reflexiones. El conflicto al que a veces la vida los aboca o el reflejo de la nieve que empieza a caer en mitad de la noche y que les sirve como excusa para recapacitar sobre otras cuestiones: el amor, el desamor, la soledad, el paso del tiempo... 
O algo así. 

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