domingo, 6 de mayo de 2018

Dos meses después

Como la vida tiene sus abundantes dosis de crueldad y capricho, hoy, precisamente hoy, se cumplen dos meses de la muerte de mi amiga Loli. Y he pensado en ella, como casi todos los días, durante la mañana. Y en su marido, en sus hijos y en sus nietos, que no pudieron disfrutar de su risa, de su sentido del humor, de sus ganas de tomar ese último vino a la hora del vermú, en esta jornada de sol y de abrazos. Hoy, precisamente hoy, que todos sabemos que el día de las madres son todos los días, pero hay fechas en el calendario que no se pueden tachar cuando las ausencias los hacen -inevitablemente-más significativos. 
Es cierto que recordar a las personas que quisimos hace que no desaparezcan del todo de nuestra memoria. Pero también es cierto que hay días en los que recordar también hace daño. Hoy, precisamente hoy, es uno de ellos. 
Yo te sigo viendo, amiga, cada día, entrando en esos cines que sólo existen en un lugar privilegiado de nuestra memoria. Con tu melena rubia, tu diferencia, tus ganas de hacer mil cosas y de disfrutar de la vida. Como si el tiempo no hubiera transcurrido y no nos hubiese traído a este presente que hoy se nos antoja un poco más melancólico. 

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