miércoles, 12 de diciembre de 2012

El aire que esperamos

Hay veces en que la vida se vuelve cuesta arriba. Del mismo modo que, al cabo de un tiempo, las circunstancias cambian y la vida, siempre con sus cosas, con sus dimes y diretes, sigue fluyendo con normalidad. O eso esperamos cuando estamos subiendo esa cuesta (qué cansancio ya, la verdad) que, como inesperado reto, se nos ha impuesto. Todos los que leéis este blog (gracias), sabéis que la vida se me volvió cuesta arriba hace casi dos años, cuando cerró la librería donde trabajaba. Sólo al que le haya pasado, conoce el verdadero alcance de lo que significa quedarse sin trabajo a punto de cumplir cuarenta años. Cuando crees que has alcanzado cierta serenidad, ¡zas!, ahí llega la vida con su hacha implacable. Un año después, en medio de todo el berenjenal, el propio y el del país y el mundo en general (esta crisis está acarreando situaciones jamás vistas con anterioridad), mi marido se quedó también en la calle. Por esa época, cuando él se quedó al paro, yo estaba a punto de comenzar las correcciones de una novela que rondaba desde hacía tiempo por mi cabeza y a la que empecé a dar forma a los pocos días de enterarme de la noticia de mi situación laboral, justo un año antes de que él se quedara sin empleo. Un hombre, a punto de cumplir cuarenta años, se detiene y reflexiona. Ésa era la idea inicial de la novela, el punto de partida. Me aferré a las palabras, a la historia que quería contar, con toda la fuerza de la que dispongo para emprender aquellas tareas que más me interesan. La escritura es una de las más importantes a las que, desde niño, me he entregado. Sentarse cada día delante del ordenador, no perder jamás el hilo, tener muy claro hacia qué lugar se dirige y de qué lugar procede el protagonista: ésas son las claves iniciales de la novela, de cualquier novela. La novela ya estaba definitivamente corregida. Sólo unas pocas personas la habían leído. Pese a que a todas les había gustado, mi nerviosismo seguía patente. ¿Gustará, no gustará? Se trataba de una apuesta arriesgada y eso siempre da cierto miedo. A finales de septiembre, salió a la venta. Desde el principio, afortunadamente, la gente la recibió con verdadero entusiasmo. Aún lo sigue haciendo. Cualquier palabra de agradecimiento se quedaría corta. Lo que pretende todo escritor -lo reconozca o no- es que la gente lo lea. Y si le gusta lo que lee, mejor que mejor. De ahí, de ese entusiasmo, viene la buena noticia. Ayer, Esther, mi editora (y amiga), me llamó para decírmelo: quería sacar cuanto antes la segunda edición. La vida, sí, hay veces que se vuelve cuesta arriba, pero, en medio de esa cuesta, te ofrece una pequeña tregua. Menos mal. Las dos caras de la propia vida, desde luego. Por un lado, el éxito de la novela. Por el otro, la situación laboral que no hay manera de que cambie, buf... Así es la historia. Nadie dijo que las cosas fueran sencillas. No, nadie lo dijo. Sin embargo, esta reflexión rápida que hago alrededor de la segunda edición de "El tiempo que vendrá" pretende ser positiva. Y estas palabras intentan ser unas palabras de agradecimiento. A todos los lectores entusiastas que la apoyasteis desde el principio. A los lectores que aún la tenéis por descubrir. A los lectores de este blog. A Esther y a Samuel. A Rosa Pereda. A Hilario Barrero. A Maruja Torres. A Emilio Ps. A Yolanda Lobo. A Azucena Vence. A los libreros que apoyáis, como también hacía yo en aquel tiempo, las apuestas minoritarias. A las mujeres de mi familia y también a los hombres. A Íñigo, porque sin él la novela, como mi propia vida, no tendría demasiado sentido. Al tiempo que nos aguarda. Al aire que esperamos.

10 comentarios:

  1. El agradecimiento es uno de los valores más importantes que tiene un escritor. Y tú sabes agradecer muy bien. Como lectora tuya (fiel a cada una de tus publicaciones), no puedo estar más contenta, por ti y desde luego, por ser contemporánea tuya, cosa que me honra. Gracias, Ovidio, por hacernos sentir, reflexionar, y ser mejores personas cada día

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  2. hoy que me estoy "muriendo por dentro" hoy que la vida se vuelve cuesta arriba (ayer mi pareja de casi 13años me dijo que teniamos que dejarlo por un tiempo)quiero que sepas que leerte me reconforta..Gracias a Maruja Torres por haberme permitido conocerte.
    Montse

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  3. Hola Ovidio. No te conocía, ni tu blog ni tus novelas. Fue este domingo leyendo, como hago cada semana fielmente, a Maruja Torres en "El pais semanal" cuando te descubrí. Tu blog ya está guardado en mis favoritos. Me gusta muchísimo cómo escribes y lo que escribes. Así que aquí tienes a una seguidora más!.
    Y el siguiente paso será ir a la librería a comprar "El tiempo que vendrá". Tengo unas ganas tremendas de leerlo.
    Gracias por escribir. Y mucho ánimo y fuerza para que no dejes de hacerlo.
    Mónica

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  4. Sin duda en los próximos días me lo compro. Estoy segura de que me va a gustar. Cuando lo lea le haré una entrada en mi blog. Lecturas compartidas, como me gusta llamarlas. Un saludo.

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  5. El escritor, creador generoso, que crea para sus lectores. Comparte con ellos alegrías y tristezas, amor y desamor, sentimientos y emociones. Su ambición es saber, creer, conocer que sus palabras escritas permanecerán en ellos para siempre o no.
    Su obra nace para ser compartida, criticada, adorada, denostada... en definitiva para despertar algo en ellos, en nosotros.
    Yo siento profundamente no haberte conocido más y mejor en aquella librería tan bonita de Pumarín, pero gracias a que la librería cerró encontré el blog y descubrí al escritor: cercano, humano,con sus miedos, sus dudas, sus penas, persona al fin.
    Siento que estamos cerca a través de tus entradas, cada día, cada mañana... puedo decir que nos unieron las palabras y agradezco que haya sido así...
    Deseo que el empujón que te ha dado Maruja haya sido lo suficientemente fuerte, pero si no, las hormiguitas que te rodeamos, las que siempre estamos por aquí y las que siempre están a tu lado, haremos lo posible esta Navidad para que pronto estemos celebrando la 3ª la 4ª y la 5ª edición.
    Un beso Ovidio y no dejes de seguir haciendonos felices.

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  6. Este blog me resulta tan enriquecedor, que hasta los comentarios a las entradas me dejan temblando. "Bea la de Lola" lo ha conseguido. Estamos tan faltos de honestidad, cercania, conexión, sensibilidad......Tan necesitados de cultura, de palabras que estimulen nuestros sentidos....,que cuando las encontramos nos volvemos adictos. Este es mi caso. Así que aquí tienes a una nueva y fiel seguidora tuya y de "Bea la de Lola".
    Un saludo.

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  7. Pues yo me incluyo dentro de los "entusiastas lectores que la apoyasteis desde el principio". Pero no sólo eso: puedo asegurar que soy el lector de tu novela que mejor la ha leído.¿Quién puede presumir de haberla leído(desde México)acompañado por el mismísimo autor(en el facebook)poniendo las canciones,actores,actrices,películas que iban apareciendo a medida que realizaba su lectura? Nadie más.Ha sido un lujo irrepetible poder haber leído tu novela de esa manera.¿Qué puedo añadir más? Me faltan las palabras para agradecerte tanto como aporta tu escritura.Ahora a esperar el próximo( y sucesivos). Un abrazo Ovidio.

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  8. Es increible como el escritor hace aflorar sentimientos.

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  9. Me uno a todas las felicitaciones y apoyos. Como comenté cuando participaste en una entrevista en la lne digital, leer tus vivencias de alguna forma nos hace pensar en las nuestras, a todos que leemos tu blog. Sigue adelante porque sabes que nunca llovió que no escampara... o al menos eso dicen en mi pueblo! :)
    Un abracín!

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