Se va el 2025. No ha sido, en general, un año para recordar. Un mundo donde no esté mi madre nunca será un buen mundo para mí. Pero siempre hay contrastes. Y en el lado positivo de la balanza está la publicación de mi nuevo libro, 'Frances Farmer no murió en Seattle', y los comentarios positivos sobre él por parte de algunas personas. Cristina Pineda acaba de apuntar que es uno de los libros más vendidos de su editorial, Tres Hermanas. Recuerdo hoy las palabras que me dijo Rafa Gutiérrez Testón en la presentación de estas historias en su acogedora librería. Dijo, entre otras cosas, que 'Aitana', su relato favorito (lo leyó ese día), merecía tener un premio importante. Me quedo con ese comentario de alguien tan afectuoso como sabio. Y luego está el trabajo en la librería Maribel, claro. (Gracias también por vuestras visitas y compras). Un gran aliciente vital y económico que me llegó casi como un regalo anticipado de Navidad. Agradecido a quien me contrató tras una charla de apenas una hora. Y aquí seguimos, entre libros y proyectos, resistiendo y, a ratos, disfrutando. La nueva novela está terminada y el libro de poemas creo que también, aunque no sé si me animaré a publicarlo. Ya veremos. Paso a paso. Step by step, como sigue cantando Sally Bowles. La vida, con todo, ahora tiene otro ritmo. Y pienso que está bien que así sea. Feliz 2026 a toda la gente que seguís pasando por este muro que continúa, por cierto, libre de humos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario