Ayer, mientras preparaba una cena ligera, me rompió un plato. Pese al engorro de tener que recoger todo aquello y alejar a Gena de allí -que enseguida se acercó maullando medio alocada, buscando algo que la sacase de su rutina-, el espectáculo era bonito. Una sucesión de diminutos cristales azules desparramados por el suelo de la cocina. No sé cómo un plato tan pequeño pudo desmenuzarse de aquella manera. Un golpe seco y, de pronto, aquel espectáculo. Cientos de cristales azules como aquellos que tintineaban en la película de Kieślowski o aquel mapa de fotografías rotas que aparecían en la de Almodóvar. Lo estuve observando un rato antes de recogerlo, encerrada ya la gata en otra habitación para evitar males mayores. Va a cumplir en breve siete años y tiene la misma energía que a los siete meses, qué gata. Quiere jugar y estar encima de nosotros a todas horas (quien dijo que los gatos, en general, eran ariscos no sabía bien de estos asuntos), pero nuestra vitalidad y estados de ánimo no son los mismos de aquel tiempo. Es lo que hay.
sábado, 29 de marzo de 2025
Un plato roto
martes, 25 de marzo de 2025
Libros de aire
Lo nuevo de Carlos Iglesias Díez es un libro muy interesante sobre gente que escribe libros. Retratos, entrevistas. Narrativa, poesía y cine: todo se cuela entre sus páginas. La pasión del autor, en tantos nombres y ángulos compartidos por quien esto escribe. Iglesias, como buen escritor, define y permite hablar a sus colegas. Sin embargo, delicadamente, sin hacer ruido, deja entrever su voz y su sabiduría. Esa voz que, con ganas, esperamos poder escuchar muy pronto en un nuevo poemario.
jueves, 20 de marzo de 2025
Volver
Han pasado diecinueve años. Parece mentira esto del tiempo. Y otra vez el vértigo. Diecinueve años. Y allí, naturalmente, a primera hora de la tarde, estaba yo con mi madre. No sabíamos entonces que pocos meses le quedaban a aquellas maravillosas salas de cine, pero esta ya es otra historia.
lunes, 17 de marzo de 2025
Algunas cosas que han dicho sobre mis libros
Como, a diferencia de lo que hacía mi madre, ya no guardo casi nada de lo que escriben sobre mí, me sirve este invento para recordar cosas chulas que se han dicho sobre mis libros. En 2017, la librera Karmen Duna escribía esto sobre mi diario 'Los días raros'. Y el recuerdo, ciertamente, me reconforta.
martes, 11 de marzo de 2025
Aquel marzo, este marzo
Campo San Francisco. Ahí, cuando el tiempo lo permitía y esos bancos estaban pintados de un color más elegante que ese verde chillón, nos sentábamos mi madre y yo después de los paseos matutinos. Los días de aquel marzo de 2023, con mejores temperaturas, fueron los últimos que pudimos disfrutar de todo ello. El paseo, el desayuno, la charla... La parada en esos bancos antes de regresar a casa. Después, todo se detuvo. Hoy, pese al cielo despejado, ha regresado el frío y no he podido sentarme en esos bancos -tras los seis kilómetros de caminata- porque llovió mucho durante toda la noche. No importa. El paisaje en esa zona del campo a estas horas parece inamovible: ancianos que luchan con sus problemas reumáticos y se dirigen a la biblioteca a leer el periódico, una pareja de adolescentes que decidió no ir a clase para vivir una aventura de la que se creen los primeros protagonistas, una diminuta mujer latina que arrastra la silla de ruedas donde va sentada otra mujer de aspecto cansado. Nada nuevo en la pequeña ciudad. Pese a todo, nada es lo mismo. Nada, excepto en mi memoria.
lunes, 10 de marzo de 2025
Siete años sin Loli
El siete es un buen número. No sé, suena bien, dicen que trae suerte. No recuerdo que me haya pasado nada positivo o destacable ese día, si exceptuamos que la persona con la que comparto el camino desde hace 18 años nació ese día, pero me gusta. Siete. Se pronuncia rápido. S-i-e-t-e. Hay algo alegre en esa pronunciación, no sé, como si la víspera de cualquier día siete esperásemos cosas importantes, decisivas. Literatura, lo sé. Pero en algo hay que creer. Siete son los años que hace que se fue mi amiga Loli, tan de repente. Lo recordamos el otro día, cerca de su casa, buscando un poco de alivio en una copa de vino. Y volvieron sus risas, su ironía, su sentido del humor, su pensamiento, su cercanía, su manera de vestir y de estar en este mundo. Todo eso que la alejaba del resto y la hacía única. Tantas anécdotas, tantas ganas de vivir. He tenido suerte para algunas cosas, dije. He estado rodeado de mujeres excepcionales. Y también he tenido mala suerte: algunas de ellas se han ido demasiado pronto. Como mi amiga, cuya sombra no desaparece y cada vez que veo a la actual Catherine Deneuve me la recuerda. Mira, añadí, si te fijas bien, aún podemos verla caminando por esta calle: entrando en algún bar o saliendo de esos cines que ya no existen, brillando -y no exagero- como la propia Deneuve. La otra noche, sin ir más lejos, en los premios César. No era un recurso literario a lo Truman Capote. Era real. Quizá para el propio Capote, antes del recurso literario, también lo era. Siete años, eso sí que no parece real, por muy bien que suene el número o mucha suerte que traiga. Siete, se dice pronto.
sábado, 8 de marzo de 2025
Una mujer, todas las mujeres
He terminado un nuevo libro de relatos. Todos están protagonizados por mujeres. Mujeres muy diferentes entre sí, jóvenes y menos jóvenes. La idea surgió hace tiempo, cuando vi a una atractiva mujer rubia fumando un cigarrillo a la entrada del local donde trabajaba. Tendría unos sesenta años y hablaba una mezcla de alemán y francés. Tenía clase, parecía cansada. Enseguida me empecé a hacer preguntas. Y la mejor manera de responderlas, fue ponerme a escribir. Inventar, divagar, crear. Muchas madrugadas de soledad, mucho trabajo, mucho placer, y muchas preguntas. Algunas, como corresponde a los relatos, las tendrá que descifrar la persona que se acerque al libro. No se puede dar todo hecho en los relatos. En los que más me gustan de otros/as escritores/as, así sucede. Esa atractiva mujer de sesenta años, fumando compulsivamente, dio paso a otras mujeres. Los relatos están encadenados. La secundaria de un relato es la protagonista del siguiente. Hay cine, hay música, hay literatura. Porque a la mayoría de estas mujeres, tengan la profesión que tengan, les gusta eso. Ríen, sufren gozan. Tienen miedo, cicatrices, decisión, esperanza. Se enfrentan a las incógnitas que la existencia les plantea constantemente. Yo no soy ninguna de esas mujeres. Yo soy todas esas mujeres. Ninguna de las mujeres de mi vida son estas mujeres. Y todas las mujeres de mi vida (madre, hermana, otras mujeres de la familia, amigas, compañeras, cómplices, actrices, escritoras, cantantes...) están, de alguna manera, presentes. Un detalle, un giro, una decisión, un quiebro. La voz de todas ellas siempre está en mí, esté o no escribiendo. Esto es así. Está dedicado a la memoria de mi madre, y sobran (creo) las explicaciones. Tiene un título largo y poderoso. Se publicará, si todo se cumple como me ha dicho Cristina Pineda, en septiembre. Una mujer, todas las mujeres. Os lo quería contar hoy, precisamente hoy. Salud, compañeras.
viernes, 7 de marzo de 2025
Marguerite Duras
Estaba en mi habitación, escribiendo. Era domingo, el sol frío de marzo entraba por el ventanal del cuarto. Había elecciones generales. Alrededor de las cinco, me levanté y puse la radio para saber cómo iban las cosas. Datos de participación, declaraciones de los políticos de turno y todo ese blablablá de esos días en los que piensas que algo puede cambiar para mejor pero pocas son las cosas que cambian de verdad en este sentido. Después, llegó la triste noticia: Marguerite Duras acababa de morir en su casa de París. Estaba a punto de cumplir ochenta y dos años. Atrás dejaba una vida repleta de excesos (amores, amantes, alcohol, palabras y deseo: sobre todo eso, el deseo que recorre cada una de sus páginas, inmarchitable) y unos cuantos libros que habían hecho de ella una escritora fundamental del siglo XX. Sentí la rabia y la impotencia que uno siente cuando se muere alguien al que has admirado tanto. Una mujer que escribió casi hasta el último momento (la belleza de aquel rostro ajado, la manos lentas y llenas de anillos moviendo la pluma sobre el papel, la voz que ya era apenas un susurro). Tres años atrás había publicado un ensayo extraordinario sobre el acto de escribir y que ahora reedita Tusquets (ya en librerías). El tres de marzo se cumplieron 29 años de aquel día en el que, por cierto, ganó las elecciones un partido de derechas, esa posición política contra la que ella, Marguerite, tanto había luchado y escrito. Furiosamente.
jueves, 6 de marzo de 2025
Mi única familia
'Mi única familia' puede que no se trate del mejor Mike Leigh (ese ya está hecho, y de qué manera), pero siendo una película suya sabes que algo te va a golpear. Y que lo va a hacer con rotundidad. Y lo hace, claro. Te golpea con fuerza y no te deja indiferente. La historia de esa mujer herida, dañada, dolorida, insoportable para la convivencia. Sus desgarros, su ansiedad y su manera de demostrar lo perdida y lo sola que está. Lo grande que a veces resulta el mundo, aunque no te muevas de tu diminuta parcela. Marianne Jean-Baptiste, olvidada en los premios más importantes del año (lo que viene a demostrar, una vez más, lo relativo e injusto de todo este asunto), está inmensa. Demuestra ese descontrol que padece de una forma tan prodigiosa que durante la primera parte de la película hace que te sientas incómodo en la butaca, que pases de esa risa helada que provocan las situaciones más grotescas y desconcertantes a la angustia y la compasión. Lo que hace Marianne en esa segunda parte, que se inicia con la visita junto a su hermana al cementerio donde está enterrada su madre hasta el final de la historia, es directamente apabullante. Silencios, miradas, lágrimas, temblores. Todo el miedo que puede caber en un ser humano. Ya lo sabíamos, pero qué pedazo de actriz. Buscadla por los cines, que desaparecerá rápidamente. Y es de lo mejor que he visto en estos tiempos tan convulsos y absurdos.
miércoles, 5 de marzo de 2025
Homenaje a Gene Hackman
"La muerte acaba con la vida, pero no acaba con una relación que continúa su lucha en la mente del superviviente hacia una resolución que quizás nunca encuentre."