No me interesan gran cosa las fiestas de San Mateo. Voces, bullicio, vinos a tres euros. Todo eso ya no es para mí. De joven, sí. Por las obras de teatro. Aquí pude ver a las grandes actrices de nuestro teatro. Y alucinar con sus trabajos. Hace tiempo que las cosas ya no son así, lamentablemente. Sin embargo, a mi madre le gustaba que fuésemos un día con ella a tomar algo. Y, claro, íbamos. Ayer, como un homenaje y pese a la lluvia, decidimos acercarnos al barullo. Pero nada es lo mismo sin ella. Nada, mamá, nada...
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