Ayer, en el encuentro literario de la Casa del Libro de Gijón, Esther Prieto, escritora, editora de Trabe, mujer comprometida y amiga, hizo un brillante y exhaustivo recorrido por todos mis libros. Escuchándola, antes de responder a sus preguntas, pensaba de nuevo en la importancia (no siempre reconocida) del editor.
Samuel Castro es la otra mitad de la editorial.
Mi agradecimiento a ambos.
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