viernes, 29 de diciembre de 2017

Los 71 años de Marianne

He estado asustada, pero ya no tengo miedo. La vida continúa y yo sigo a flote. Eso dijiste hace un tiempo, Marianne, y no sabes la cantidad de veces que he recordado tus palabras este año. En el hospital, claro, donde mi madre, como te ocurrió a ti años atrás, se trataba su cáncer de pecho. Pensar en ti en aquellos momentos me daba una extraña fuerza. Esta es mi religión. Escribía algo en el cuaderno y, previamente, escribía tu nombre en la parte de arriba, como si fueras una diosa que fuese a protegernos. No sé si llegaste a hacerlo (quiero creerlo), pero aquí estamos, como tú, a flote. Hoy cumples 71 años y en este rincón no podemos dejarlo pasar por alto. En este rincón y en esta casa, donde se escuchará tu voz durante todo el día. No es algo raro, ya sabes. Quizá este año, por esas razones tan obvias (el hospital, el cuaderno...), tu voz suene aún más poderosa. Esa voz, ese bálsamo, ese refugio. Volveré a escribir tu nombre en mi cuaderno. Casi como una liturgia. La edad, a ratos, nos vuelve un poco supersticiosos. Eso también lo sabes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario