viernes, 6 de octubre de 2017

Bette Davis, 28 años después

El paso de Bette Davis por el Festival de cine de San Sebastián (pocos días antes de morir) para recoger el Premio Donostia fua casi tan antológico como su paso por el cine. Fue la primera mujer en recibirlo. A duras penas podía mantenerse en pie y la extrema fragilidad se notaba en cada uno de sus movimientos, pero a través de su inconfundible mirada y su aún más inconfundible actitud demostró lo que era: una de las más grandes. Esos días están muy bien contados por Diego Galán en su libro 'Jack Lemmon nunca cenó aquí'. 
Hoy se cumplen 28 años de su muerte, en París, donde viajó después de su estancia en San Sebastián. Siempre pienso que aquel premio recibido a escasos días de su muerte fue un maravilloso y muy merecido homenaje a su impresionante carrera. Por desgracia, no todas esas figuras inolvidables pueden decir lo mismo. 
Han pasado 28 años, y sigo recordándola. Como aquel adolescente ansioso de conocimiento que la descubría por primera vez. Y que, en el fondo, a pesar de tantas cosas, algunas veces creo que es lo que sigo siendo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario