martes, 30 de agosto de 2016

Escribir

He terminado el cuento que llevaba escribiendo varias semanas. A veces, la escritura se apodera de uno y surge de un modo casi torrencial. Otras, en cambio, a la escritura parece que le cuesta salir de su escondite secreto para transformarse en historia. Así ha ocurrido en esta ocasión. Cada palabra era un logro. Cada frase una ardua tarea. Llenar esos cinco folios ha sido uno de los trabajos más complicados de mi vida. Escribir no es ninguna tontería. Los años te hacen cada vez más exigente contigo mismo. Sé que lo que quería contar está contado, pero ahora mismo desconozco la calidad del relato. Digo más: ahora mismo ya no quiero pensar más en él. Se quedará ahí, en una carpeta, y algún día, cuando corresponda, volverá a salir de ella. Y ya veremos. Escribir es una necesidad, sí, pero, como digo, no es ninguna tontería. O dicho con palabras de la Duras: "Puedo decir lo que quiero, nunca descubriré por qué se escribe ni cómo no se escribe."

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