lunes, 28 de marzo de 2016

Un domingo cualquiera

Un domingo cualquiera, en los mercadillos del Fontán. Un gitano guapo está al frente de un puesto de libros. Los vende todos a dos euros. Salvo algún título de Cela, Muñoz Molina o Laforet, no valen gran cosa. Tiene también varias revistas de Musicología. Un hombre, a mi lado, pregunta por ellas. El gitano le dice que cuestan, como el resto de los libros, dos euros. El hombre protesta. ¡Protesta por dos euros! Desconozco el valor de la revista, pero, en apariencia, parece una buena publicación. Dice que no le da más que uno.  El gitano insiste que hoy los ha puesto todos -todos, recalca- a dos euros. El hombre murmura que no va a hacer negocio, que nada de eso que tiene vale dos euros. El gitano dice que no le eche mal fario y que si no quiere la revista por dos euros que adiós muy buenas, que hasta otro día. El hombre sigue protestando, erre que erre, que quiere esa revista por un euro. Me dan ganas de decirle que si cuando va a El Corte Inglés hace lo mismo. Me callo. Me cuesta hacerlo, pero me callo. Aunque está en la otra punta del mercado, puedo escuchar a Íñigo decir qué ganas tienes de líos. Y me voy porque estas cosas, sinceramente, me ponen de muy mal humor. No soporto a la gente miserable. Miserable y pesada. Con los años, menos aún. 

2 comentarios:

  1. Odio el regateo, me da igual que en algunos sitios sea algo cultural.

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  2. Ya, pero es que no da igual del todo. Es la clave diría yo.

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