domingo, 12 de octubre de 2025

Adiós, Keaton

Annie Hall es un personaje icónico, inolvidable. Todo el mundo está de acuerdo. A ello contribuyeron el talento de Woody Allen y el de Diane Keaton. Talentos que continuaron intactos, aunque los personajes de Keaton no alcanzaran ese elevado nivel icónico, en 'Interiores' y 'Misterioso asesinato en Manhattan', dos cumbres, cada una en su estilo, del cine de Allen. Estuvo muy bien con Coppola y con Beatty, en 'La habitación de Marvin' y en esas comedias donde Keaton transmitía esa complicidad que la hacía única. Gran cómica, gran payasa, que se reía de todo, incluida ella misma. Pero para mí, incluso por encima del personaje de Annie Hall y todo su lado icónico, el mejor papel de su carrera fue el de Theresa Dunn en 'Buscando al Sr. Goodbar', de Richard Brooks. Aquella mujer desvalida pero con una fuerza descomunal que se enfrentaba a su propia existencia como mejor podía, como mejor sabía. Theresa de día y Theresa de noche, por resumir fácilmente. Theresa, de día o de noche, perdida en una sociedad salvaje, cruel, despiadada, brutal, asfixiante. Aunque la película es de 1977, la sociedad (hoy más que nunca, me temo) continúa acompañada de los mismos adjetivos. Theresa, de día o de noche, agarrándose como podía a la vida que le había tocado en suerte. Ahí está, para mí, la inmensa Keaton. La Keaton, incluso sin Oscar ni nominación (lo ganó por 'Annie Hall'), que pasará a la historia por su impecable y arriesgada interpretación. La Keaton, de noche, sentada a la barra de aquellos tugurios. Impagable. 

Eso sí: nadie conseguirá lucir un sombrero como Annie. Ni una sonrisa tan sincera como la de la Keaton. En eso, creo, volvemos a estar de acuerdo. 

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