miércoles, 29 de enero de 2025

Maribel Verdú y Mi madre y yo

Sinceramente, respetando las creencias de todo el mundo, no considero que haya otra vida después. Ni cielo, ni infierno, ni todas esas cosas que nos inculcaron de pequeños a varias generaciones. Tampoco creo en señales ni historias así. Los muertos permanecen, según fuese nuestra relación con ellos, en nuestra memoria y en nuestro pensamiento. Mi madre -que fue una madre mayúscula- está presente todo el rato, pero ni hablo con ella ni cosas parecidas que algunas personas sí hacen (y que, insisto, respeto) y así me lo comentan. Sin embargo, ayer ocurrió una cosa curiosa. Había salido a hacer unas compras por el barrio con mi hermana. Alrededor de la una, con todo hecho, empezó a llover con fuerza. La tormenta nos sorprendió delante de un bar donde mi madre y yo íbamos casi a diario y al que no volvimos desde su muerte. Nos planteamos, ante aquel diluvio, entrar a tomar un vino a ese bar. Sirven vinos buenos y abundantes, cosa que no está muy de moda últimamente. Nos sentamos, pedimos el vino y justo cuando la camarera dejó las copas sobre la mesa, me llegó el mensaje de Maribel Verdú hablando en IG de mi libro. Casualidad, sin duda. Por esa casualidad, el mensaje, ya de por sí emotivo, cobró más fuerza si cabe. Allí, en aquella mesa en la que tantas veces habíamos compartido charlas y risas con mi madre, la gran actriz escribía sobre ese libro tan especial. Nos emocionamos doblemente: por el comentario de Maribel y por lo mucho que mi madre se hubiese alegrado por ello. Con la trastienda de la noticia que ayer publicaba por aquí, os doy las gracias a quienes os alegrasteis por ello. Y también a Cristina Pineda, editora de Tres Hermanas, por las palabras que me escribió. 

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