Lo diré claro desde el principio: 'Destello bravío', de Ainhoa Rodríguez, es una película brutal. Insólita en estos tiempos, y brutal. Un reflejo sobre la incomprensión, el aislamiento, la soledad. Sobre la España profunda y la tiranía del atraso. Sobre la aridez de la tierra y la aridez de sentirse perdido. Sobre aquellos susurros que partían entre visillos (pero a lo bestia). Sobre el machismo. Sobre la violencia. Sobre mujeres que quieren huir y no pueden. Sobre mujeres poseídas por la fuerza de un deseo tantas veces reprimido (¡qué escena tan memorable: esas mujeres a cámara lenta sintiendo todo ese ardor!). Sobre la oscuridad. Roza, por momentos, lo terrorífico. La música contribuye a ello de forma deliberada. No importa que sea de noche o de día: el terror está ahí, de una forma u otra. Y también la violencia.
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