domingo, 3 de noviembre de 2019

En un café de Berlín

El amor también puede ser eso:
contemplar juntos la vida 
que hay al otro lado de un cristal. 
Una noche cualquiera, 
en un país frío y lejano. 
Pedir dos copas de vino, 
y hacer que los dedos 
se rocen con disimulo
mientras señalamos 
un punto en el mapa. 
El itinerario de la mañana siguiente.
El amor, 
en su esencia, 
era simplemente eso. 
Dos voces, un viaje, un proyecto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario