martes, 18 de julio de 2017

Veranos

Hay veranos para las risas, para las bicicletas, para las noches interminables. Hay veranos para hundir los pies en la arena caliente, en el mar helado, en la hierba húmeda del jardín. Hay veranos para dejarse llevar por esa corriente de algarabía, de cerveza helada, de sol intenso. Hay veranos sin relojes. Y luego hay otros veranos en los que cada minuto cobra su importancia, en los que la incertidumbre persigue nuestros pasos y en los que te gustaría que el 18 de julio fuese ya el 18 de octubre (como poco). 
Hay veranos maravillosos y hay otros, en fin, sobre los que te gustaría pasar de puntillas. Como si uno no fuera uno mismo sino una sombra extraña que se hiciera un hueco en nuestro cuerpo.  

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