domingo, 31 de agosto de 2025

Septiembre, 2025

Aunque mis huesos y yo odiamos el frío, me alegra que se termine agosto. Ha sido un mes interminable. La playa está muy bien, pero cuando tienes una casa cerca. Ya no me seduce nada la idea de coger el coche, recorrer cuarenta kilómetros y comer un bocadillo entre la arena y los niños chillones de las toallas cercanas. La playa, grande o recóndita. Lo demás ya no es para mí. En realidad, ese plan nunca lo fue. Pero los años consiguen que odies lo que antes simplemente era una molestia. Queda el verano en la ciudad, que tampoco está mal, a pesar de que no hay ni un miserable estreno de cine aceptable. (No, a diferencia de Kathleen Turner, no voy a ir a ver esa nueva y edulcorada versión de 'La guerra de los Rose' por mucho que me gusten sus intérpretes: ya caerá, si acaso, en una plataforma un domingo de aburrimiento). El problema es que, si quieres terracear al sol, necesitas bastante dinero desde que, en la mayor parte de los sitios, te ponen un chupito de vino por tres euros. Muchos bulevares, poco vino. Y si protestas (alguna vez lo he hecho), te responden de malos modos. Lugar tachado. Ellos sabrán.

Llega septiembre, que es como si llegase el nuevo año. No hay mucho que contar. Espero que los libros y las películas continúen aliviando la ausencia de mi madre. A su memoria, por cierto, está dedicado mi nuevo libro de relatos (serán ya 13 los libros que llevo publicados, qué vértigo), aunque las mujeres protagonistas poco tengan que ver con ella, que saldrá este otoño. Y en ella, en mi madre, pensé a la hora de escribir ese poema que me han pedido para un libro que también llegará próximamente a las librerías. Eso es lo más destacable que puedo decir. Bien mirado, no es poca cosa.  

miércoles, 27 de agosto de 2025

Adiós, Eusebio Poncela

Nos acaba de dejar Eusebio Poncela. Morboso, atractivo y gran actor. Me enamoré de él a los quince años, como no podía ser de otra manera y como uno de enamora de los personajes literarios y cinematográficos, viendo 'La ley del deseo'. Y ya no dejé de seguir sus pasos. Me parecía que tenía una manera muy especial de actuar. Única. Eso que les ocurre a los actores más destacados, más importantes. Se hacía todavía más grande si a su lado estaban Carmen Maura, Charo López o Cecilia Roth. Precisamente ahí, en 'La ley del deseo', 'Los gozos y las sombras', 'Arrebato' y 'Martin H' están algunos de sus grandes trabajos. De cerca -lo vi varias veces en teatro- aquel atractivo aumentaba. Se va sin Goya y sin Donostia. Qué día tan triste para el cine español. Para aquel adolescente que fui (mis quince años) y que veía por primera vez a dos hombres teniendo sexo, mientras algunas personas abandonaban aireadas la sala de cine. Pero esa historia ya le he contado otras veces. Adiós, Pablo Quintero. Adiós, Eusebio Poncela. 

miércoles, 20 de agosto de 2025

La estela del milano negro

Un hombre desaparecido. Un detective que se hace pasar por cura. Una mujer con mucho carácter: la madre del desaparecido. Un pueblo en la España vacía. Y una importante galería de secundarios, con especial atención a una de las voces narradoras, Olivia. Elena Casero parte con estas premisas en su última novela, 'La estela del milano negro', de muy cuidada edición. Novela negra, sí, pero, como toda buena novela negra, también psicológica y social (los problemas de hoy en día se cuelan sutilmente entre sus páginas). Tiene buen ritmo (a veces cuesta dejar su lectura para ocuparse de otros quehaceres), pero eso, el ritmo, no es lo fundamental en este caso, sino deleitarnos en lo que nos cuenta y en cómo lo cuenta, alternando personajes y descripciones detalladas con el pulso de la excelente escritora que Casero es. Como ya demostró ampliamente en su anterior y magnífico trabajo, 'Las dos Adelaidas' (buscadla también si no la habéis leído), de temática muy diferente a la que hoy nos ocupa. 

Ese pueblo en la España vacía, con sus tertulias en la gasolinera y los susurros ahogados entre visillos, como supo señalar Carmen Martín Gaite en las ciudades de provincias, es una especie de personaje más. Intuyo, y está bien así, que ha sido una decisión premeditada de la autora. Dar a conocer ciertas realidades que a veces se nos puedan escapar. Y sigue la búsqueda del hombre desaparecido, los entresijos de unos y otras, empiezan a delatarse algunas máscaras, el ritmo antes mencionado y las aventuras. El vuelo de los pájaros. La buena literatura, no importa el género. 

martes, 19 de agosto de 2025

Leer a Lorca

Leer a Lorca. Leer a Lorca por placer, por amor, por dolor, por desamparo, por extravío. Leer a Lorca para saber lo que es un genio, para rastrear inspiración, para buscar cobijo. Leer a Lorca en aquella lejana mañana y en la mañana de mañana. Leer a Lorca hoy, precisamente hoy, sintiendo el rumor de esta lluvia tan necesaria. Leer a Lorca, todo este tiempo, como si el tiempo, curiosamente, no significase apenas nada. Tiempo, sólo eso. Leer a Lorca, lejos de todo. Aquí, a solas. Ahora.

domingo, 17 de agosto de 2025

La noche siempre llega

Jennifer Jason Leigh es uno de esos casos de grandes actrices desaprovechadas. No hay explicaciones. O sí las hay: malas decisiones, agentes equivocados, o vete tú a saber. El caso es aparece y desaparece, hace tiempo que no tiene ni una gran película ni un gran papel. Al ver que actuaba en esta película, me puse a verla. (Vanessa Kirby también es un aliciente). Está entretenida, sin ser gran cosa. Tipo telefilme o capítulo alargado de una serie del montón. Y Jennifer apenas sale diez minutos en casi dos horas de metraje. En fin. En Netflix. 

sábado, 16 de agosto de 2025

Madonna cumple 67 años

Madonna, guste más o menos o no guste nada, es una diosa. Su trayectoria y sus posicionamientos, la avalan. Ayudó, desde el principio, cuando todo era muy diferente a estos tiempos que corren, a normalizar la homosexualidad con sus canciones y su comportamiento. También ayudó a las mujeres, aunque algunas no quieran ver que detrás de la aparente frivolidad siempre hay un mensaje, que viene a ser que cada uno haga con su vida lo que le dé la real gana. No (antes de que lo diga nadie), a mí tampoco me gusta su rostro actual (me parecía que estaba bellísima en Madame X, ese disco incomprendido antes del cambio facial), ¿y qué? Cada cual es libre de hacer lo que le venga en gana. Otra gente se destroza el rostro y domina el mundo, ¿hay que dar ejemplos? Madonna, con esa voz que llega a todas partes, intenta mejorarlo. Y eso, a mi juicio, te guste más o menos su música o su personalidad, es lo que cuenta. Nadie parece recordar que, en ciudades de provincias, por admirar a mujeres como ella, años 80 y 90, podían tirarte piedras. Y te las tiraban, sin miramientos. Puta, maricón, degenerados, y todas esas lindezas. Como a ella misma. Mujeres y hombres tan feos de cara como de espíritu. Ella alzaba, a su modo, la voz. Continúa alzándola. A grito pelado. Con las letras de sus canciones. Con su comportamiento, con su actitud (otra gente privilegiada no lo hace). Y a eso nos agarrábamos quienes sufríamos las piedras de los/as fascistas de turno. Creo que hoy, que esta mujer cumple 67 años, merece la pena recordarlo. Dados los tiempos que corren, no me parece poca cosa. Madonna, te guste o no, pasará a la historia. Quienes apedreaban (y apedrean) sus mensajes, aun en estos tiempos, sólo se definen a sí mismos. Larga vida a quien lucha y hace, como ella misma, lo que le viene en gana. 

miércoles, 13 de agosto de 2025

El verano es un fantasma

Las noches son cortas (cada vez menos), sentimos calor, bebemos cerveza helada, comemos ensaladas (engañamos a la lechuga con diferentes ingredientes porque nos cansa más que subir 50 escalones), nos abanicamos, llevamos pantalones cortos, el sudor corre por nuestras frentes y en la radio y los periódicos sólo hay espacios estúpidos, los cines sólo programan basura, pero el verano no existe. El verano es otra fantasía. El verano es un fantasma que se quedó atrás. Muy atrás. En aquellos días luminosos donde todo podía ser posible. El sol de la infancia y todo eso. Allá en el sur y aquí en el norte. Cielos despejados, cielos nocturnos que ofrecían calma y estrellas. Cuéntalas. Las cuento y ya me pierdo. Vuelvo a empezar. Sol. Arena. Crema protectora. Cines al aire libre. Sandía en grandes rodajas y arroces de toda clase. Melocotones que parecían sacados de un decorado (nadie ha comido un melocotón como Ángela Molina en 'Lola', de Bigas Luna). Las manos de mamá, las reprimendas de papá por alejarnos de la orilla, los helados de vainilla, los granizados, el café con hielo, las primeras lecturas, el primer deseo, los cuerpos desnudos... Fotos, muchas fotos. ¿Dónde se quedó todo eso? Sólo en la memoria para afrontar estos veranos insoportables de asfalto y calles desiertas. Todo a cien. Todo SE VENDE. Todo SE ALQUILA. Todo cerrado. No atendemos la terraza. Ya tenemos lotería de Navidad. ¿Y si cae aquí? Voy a comprar un libro. Cielos encapotados, bochorno y amenaza de lluvia. Y aun así... Aun así, ya ves, estamos vivos. O eso parece.